• quintadel44: agosto 2006

    jueves, agosto 31, 2006

    EL ESCENARIO

    Fuera de las Rondas (fuera de las Rondas significa suburbio, barrio bajo), al este de Madrid. Cayeron algunas bombas durante la guerra y aún quedan ruinas en donde los niños jugamos a encontrar tesoros. El convento de monjas y el sanatorio antituberculoso cierran el barrio por el levante; al oeste, una fábrica de productos farmacéuticos y el asilo de los pobres. Al sur, la “colonia”, unos chalecitos adosados que se construyeron antes de la guerra, a los que también llamamos los hoteles. La fábrica de relojes y la urbanización de los funcionarios son el límite norte. Fuera de esas fronteras no hay que fiarse de nadie, así que no puedo aventurarme sola.

    El barrio tiene forma de T. Hay varias casas de pisos, corralas y corrales, todo mezclado; dos tiendas de ultramarinos, la taberna, la peluquería de señoras, la panadería-lechería, la frutería, la carbonería y un puesto de pipas en una vivienda que da a la calle. Más tarde construirán otro edificio de pisos para funcionarios del Régimen, y en sus locales abrirán la droguería, la mercería y la papelería. El zapatero remendón está doblando la esquina. Por entonces abren una tienda de frutos secos y un par de establecimientos más en los que no nunca entro.
    Mi universo con nombre conocido comprende: la casa de arriba (la mía), la casa de abajo, la casa de enfrente, la casa de la esquina, las monjas, el dispensario, la colonia, la fábrica de relojes, el cine (que está un poco lejos), y las casas de mis tías (siguiendo mi calle hacia el centro pero muy, muy lejos). Además, está Asturias.

    Casi todas las niñas vamos a las monjas. Los niños tienen que aventurarse hasta el grupo escolar, que está a un cuarto de hora andando. Jugamos en la calle: al clavo, a la rayuela, al tú-la-llevas, a la cuerda, a la pelota quien tiene o es amigo de quien tiene. Cuando se para uno de los escasos coches que pasan por allí toda diversión se olvida para husmear en el auto.

    En la calle huele a estiércol de mula, de cerdos, de gallinas mezclados con paja, a barro cuando llueve, a fruta un poquito podrida en verano. En mi escalera, a lentejas y a gachas de almorta los días de diario y a lejía los domingos, pero en mi escalera no hace falta encender la luz hasta la noche, y en la casa de abajo sí. La casa de abajo, además, huele a miseria y es más triste. En mi casa hay cincuenta y seis viviendas en seis pisos, me lo han dicho mis hermanas, contando las del sótano, donde nunca bajo porque hay ratas y da miedo. Cucarachas si que hay en muchas casas, y por eso hay que echar cucal en la puerta.

    Las viviendas de mi casa se dividen en dos: exteriores e interiores. Las exteriores son más grandes. En cada piso hay seis interiores y tres exteriores, divididas por un pasillo volado sobre un patio de luces, con verja a los lados, por donde es divertido meter la cabeza y luego jugar a sacarla sin que las orejas te dejen prisionera. Yo vivo en el tercero, interior, 2, pero sólo en invierno: en verano, o estoy en Asturias o estoy en el pasillo - que tiene más luz y está más fresquito-, con los demás niños. No podemos hacer mucho ruido, porque sale la portera gritando “¡Oye, Oye!” en jarras y nos morimos de susto, así que jugamos a las chapas o a las muñecas hasta que nos dejan bajar a la calle. A la hora de la siesta sacamos unas mantas al pasillo y nuestras madres vigilan para que no rechistemos, y para no aburrirse tejen, hilan, remiendan o se cuentan cosas de otras vecinas pensando que los niños no nos enteramos pero, como hay que estar callados, ponemos la oreja sin que ellas se den cuenta, aunque no preguntamos para que no nos den collejas diciendo que eso son cosas que no nos importan.

    Ya os he puesto en situación.

    miércoles, agosto 30, 2006

    LLEGA "ÉL"

    Viene mi hijo. VIENE MI HIJO. Llega a San Javier el día uno, en un vuelo de esos baratos, se va a ver a su abuela y a su padre y el lunes o el martes está en Madrid. Un mes entero. ¡Ole, ole y ole! (pronúnciese así, sin acento).

    Llevo sin verle desde mayo. Me muero de ganitas. Mi chato. Le voy a acriciar, tocar y pellizcar hasta que se me caigan las manos. Le voy a comprar la ropa que me de la gana (con su visto bueno, vamos a entendernos), le voy a cocinar todas las cosas que me pida; le voy a obligar a hacerse una revisión médica y a ir al dentista; me voy a fumar con él un peta cada noche cuando vuelva de estar con sus amigos y nos sentaremos a rajar de todo, de todito, hasta que no podamos más y uno de los dos tome la decisión de decirle al otro que hay que acostarse.

    Me desestructurará la jornada: los horarios de comida se irán al carajo, habrá que poner lavadoras a diario, la asistenta se mosqueará porque su dormitorio – que cuando él no está hace funciones de cuarto de la plancha –estará vedado y cuando ella haya dejado la cocina reluciente vendrá él y dejará el cenicero, y se preparará un café con hielo y dejará miguitas de bizcocho por el suelo, y yo no dormiré siesta para hacer sobremesa con él y con sus amigos, si viene alguno a comer, y se me olvidará regar mis plantas y la casa se convertirá en un maremágnum porque... Él, él, él, él.

    Y me limpiará el ordenador de virus, me guardará en CDs lo que yo le pida, me traerá un portátil para que pueda escribir desde el cuarto de estar, desde el sofá o desde la cama cuando me duela mucho la espalda – se me pasa por la cabeza la imagen de Frida Kalho, salvando las distancias, de genio a su favor y tecnología al mío - me enchufará el escáner y me enseñará a utilizarlo, me traerá pelis y musiquita y anécdotas y preocupaciones proyectos y alegría, mi rorro.

    Él hace como que soporta con resignación mis arrumacos, pero le gustan, y me los devuelve, para escándalo de propios y extraños – los unos porque consideran un martirio para el chico mis babeos de madre de hijo único, y los otros por que cuando ven cómo vamos, él con su brazo sobre mis hombros y yo con el mío abrazando su cintura, nos echan miraditas que no son precisamente de aprobación – sin comprender que no tengo muchas oportunidades de demostrar en vivo y en directo mi amor.

    Sobre el día doce llegará su novia, una eslava que, como indica su gentilicio, es rubia y alta y tetuda, dulce y educada, reidora como nosotros, aunque para mi gusto... En fin, vamos a dejarlo aquí; sólo estará diez días. Soy una cuasi-suegra amable y discreta.

    Él se lleva bien con Andrés: tienen gustos comunes y se hacen pequeños favores, incluso en la distancia. Creo que el hijo le agradece al novio que esté a mi lado, que yo tenga alguien que me vigile de cerca, que me alegre la vida, esas cosas.

    Todo lo anterior, para justificar que os tendré un tanto desatendidos durante septiembre, aunque vosotros lo comprendéis, ¿verdad?

    martes, agosto 29, 2006

    PLAYA DE MADRID

    Queridos míos,
    Estoy en la playa, una playa del Levante completamente clase media y de los cincuenta para arriba, con algún hijo y muchos nietos. Una playa espectacular llena de gente, aunque sin rascacielos ni hoteles ni ingleses borrachos. Ruidosa, como valenciana.
    Mejor sería estar en la isla de Hierro, o en Lanzarote o en Menorca; pero se da el caso de que yo represento a esa ciudadanía madrileña ávida de agua calentita, cercana a Madrid, sin pretensiones, con servicios y supermercados sin tener que andar kilómetros o meterse en el coche para comprar el pan. No soy millonaria, no soy joven, no soy aventurera... Y mi presupuesto no llega más allá. Además, mi apartamento está enfrente del de mi hermana, dato importante.
    La casa está aún a medio amueblar. Ni tele tengo, por no tener. Pero es tranquila y fresquita. A doscientos metros del mar. Fue una oportunidad.
    Ahora me doy cuenta de que estoy como disculpándome. Y es que soy consciente de que las playas masificadas de Valencia y Alicante están mal vistas, no se consideran dignas de individuos con buen gusto; bueno, pues yo nunca he presumido de elegante, y adoro no tener que mirar al cielo cada día a ver el tiempo que hace, poder meterme al agua como si estuviera en una piscina termal, disfrutar de la alegría de vivir de los valencianos y sentirme como si estuviera en cualquier barrio de Madrid pero con brisa marina.
    O sea, que me va la marcha. Y es que tampoco me gustaría vivir en La Moraleja.
    (Escribo vuela pluma, poseída por una estupenda sensación de libertad mediterránea: si no soy coherente o me notáis un poco borracha, estáis en lo cierto)
    En fin, que me vais a perdonar por no contestar uno a uno a vuestros comentarios, pero me estoy gastando el aperitivo en este otro vicio.
    Besos.

    lunes, agosto 28, 2006

    OLVIDADA TILDE

    El otro día me decía Manuel Astur que los de mi generación somos obsesivos con el asunto de la ortografía. Es verdad, pero me justificaba de una manera que me parece bastante gráfica:

    Imaginad que estáis escuchando un concierto; las canciones son buenas y la música, excelente; pero el cantante da una nota falsa en cada estrofa, o el guitarra desafina. Pues eso nos pasa a nosotros con las faltas de ortografía: que nos desconcentran, nos impiden una lectura adecuada, nos disminuyen el placer de la lectura, aunque no por eso abandonemos si el grupo que toca nos gusta.

    Paso de explicaros las reglas gramaticales sobre acentuación de llanas, agudas y esdrújulas en el español (lo llamo así y no castellano, que es lo políticamente correcto para consumo interno, amparándome en que la blogosfera es panhispánica), que ya las aprendisteis en el colegio. Sólo quiero hacer un par de observaciones y un ruego:

    Primera observación: es posible que seamos muy cultos y tengamos un vocabulario extensísimo; eso no quita para que, de vez en cuando, en un libro o en el periódico o en los apuntes de un profe aparezca una palabreja desconocida para nosotros. Examen oral o ponencia al día siguiente o consulta médica o necesidad de pronunciarla por los motivos que sean: sólo la tilde nos orientará sobre su pronunciación, evitándonos el ridículo de decir ante expertos “bejin” en lugar de “bejín”, por ejemplo, por culpa de un texto mal puntuado.

    Segunda observación: en español existen multitud de palabras que sólo se diferencian por el acento: ejemplos: papás/papas, bebé/bebe, cálculo/calculo/calculó, inglés/ingles (esta es especialmente peligrosa), público/publico/publicó, frío/frio..., que mal escritas pueden inducir alguna vez a error por la ambigüedad que pueden generar, pero sobre todo obligan al lector a una segunda lectura de la frase, aunque sea inconscientemente, y le distraen del objetivo principal: la comprensión de un texto y la ruptura de su musicalidad.

    Ruego: no aspiro a que pongáis todas las tildes; pero al menos, hermosos míos, ¡poned aquellas cuya ausencia suponga un cambio en el significado de la frase, para evitar que vuestros lectores nos quedemos rumiando si habéis querido decir en un verso "Con la lluvia me retiro/él me saludó", o bien "Con la lluvia me retiró/el saludo".
    ¡Coñes!
    (Traca final: a veces yo peco por exceso; espero que comprendáis que se trata de errores mecanográficos, o sea, a ver si me entendéis).

    domingo, agosto 27, 2006

    MERMELADA DE MORAS

    Es la época; muchos de vosotros estaréis en el campo o iréis los fines de semana. Si pensáis hacer las tartaletas de limón y mora de la semana pasada, ya no tenéis que comprarla.

    (Tarea previa: acumular los botes necesarios. Mejor que le quitéis la etiqueta de origen; es un coñazo, pero queda horrible conservar mermelada donde pone “pimientos de piquillo”. Si con agua hirviendo no basta, un algodón empapado en alcohol es definitivo). También podéis comprar los botes en un todo a cien, pero igual tendréis que llevar a cabo el paso siguiente.

    Esterilizar escrupulosamente los botes dejándolos hervir en una olla con agua que los cubra (bote y tapadera por separado, claro), y puestos a secar boca abajo sobre papel de aluminio. Yo lo hago mientras se va haciendo la mermelada.

    Ingredientes:

    - Moras
    - La misma cantidad de azúcar que de moras (así sale muy dulce; calculad por vuestra cuenta qué os interesa).
    - El zumo de un limón hermoso por cada kg de moras (es espesante y antiséptico).
    - Un vaso de agua por cada kg de moras.

    Lavad las moras para quitarles el polvo. Mejor que no sea al chorro del grifo, para no gastar más agua de la necesaria y no estropear los frutos: dos o tres aguadas serán suficientes. No os preocupéis si os queda algún petalillo de la flor. Es normal que el agua salga morada.

    Colocadlas en el recipiente en el que vayáis a ponerlas al fuego. Añadid el azúcar, el agua y el zumo de limón. Pisadlas un poquito, o dad dos o tres golpes con la batidora, de modo que queden algunas machacadas y otras enteras, que es como luego da gusto cuando la untas en el pan con mantequilla.

    Ponerlas al fuego mediano, removiendo a menudo. Tardará unos 45 minutos: se nota en que, si coges una cucharadita y la pones en un plato, al enfriar toma la consistencia de una mermelada chachi. Si te ha quedado un poco sueltecilla, tienes que subir el fuego y dejar que se consuma removiendo constantemente para que no se pegue.
    Si ves que antes de los 45 minutos empieza a hacer plof-plof porque está muy espesa, añade otro poquito de agua y revuelve el conjunto hasta que se absorba.

    Ahora viene la parte chunga:

    Tienes que verter la mermelada en caliente dentro de los tarros. Usa un cacillo de los de la sopa. Procura que los botes se llenen hasta arriba del todo sin desbordar (puedes acabar el llenado con una cucharita, pero si desborda limpia la rosca con una servilleta de papel humedecida en agua). Se cierran y se vuelven boca abajo. Se dejan reposar hasta el día siguiente: el azúcar caliente se cuela por las rendijas y al enfriar deja el bote herméticamente cerrado.

    ¡Hale!, yastá.

    Los expertos dicen que puede durar un año. Una vez abiertos, casi un mes en el frigorífico. El asunto es que no pille moho y no se ponga agria, aunque el azúcar y el limón son unos conservantes estupendos.

    viernes, agosto 25, 2006

    CULEBRÓN

    He abierto la caja de los truenos.

    Después del post de ayer, comenté con un amigo mío que me apetecía empezar en el blog un culebrón sobre mi infancia y adolescencia; algo por capítulos para los fines de semana y... Puso los ojos en blanco – lo sé, lo sé, aunque estábamos hablando por teléfono: puso los ojos en blanco – y me cortó sin piedad:

    - ¡Bah bah bah bah! ¡No empieces ahora con tu infancia de niña pobre y todas esas paparruchas tristes que no interesan a nadie! Tú sigue como hasta ahora, que lo llevas muy bien.

    (He de decir que mi amigo me lee, aunque nunca comenta. Es mi confesor, por lo que le he concedido el privilegio de acceder a mi bitácora anónima: jamás le dará la dirección a otro u otra que puedan identificarme).

    Me defiendo:

    - Es que ahora me apetece contar cómo era mi barrio, la gente que andurreaba por allí, las cosas que pasaban...
    - Huy, por Dios, que cosa tan demodé y tan horrorosa.
    - ¿Tú crees que no?
    - Ni hablar. Tú, a lo tuyo, que es eso actual de izquierdas pero con humor y sin partidismo, y déjate de cuentos rojos de postguerra.

    Así que me lo estoy pensando. La cosa era ir relatando mis, llamémosle, “memorias”, en forma de fogonazos, nada hilado como una novela o una autobiografía o una historia del proletariado madrileño en la post-post-guerra (del 48 en adelante, que de antes no tengo recuerdos), sino más bien como quien abre un álbum de fotos antiguas y se lo explica a los nietos (que la mayoría de vosotros tenéis edad de serlo, no os pongáis chulitos, y el resto podríais ser los hermanos o los primos pequeños que nunca tuve... O los sobrinos, mira: a lo mejor alguno de vosotros es sobrino mío – tengo cientos – y aquí estamos, sin enterarnos, tan ricamente).

    Me ayudaría bastante que me dierais vuestra opinión: he abierto un blog para ser leída; por lo tanto, si maldito lo que os van a interesar mis batallitas, paso: me lo guardo en una carpeta en Windows que ponga “recuerdos”, luego en un CD, que mi hijo lo herede, se haga rico cuando los publique y vosotros ni siquiera sepáis que despreciasteis esa joya literaria cuando os toque apoquinar los euritos para leerme. Ea.

    No, en serio: ¿Molaría?

    jueves, agosto 24, 2006

    MI PRIMER JEFE

    Leo en el periódico que ha muerto el que fue mi primer jefe. En dos necrológicas se le ensalza como un admirable gestor, bellísima persona y admirable compañero de tertulia, por su carácter abierto y su sentido del humor.

    Yo tenía dieciséis años, estaba acojonaita en la sección administrativa de una fábrica en la que trabajaban noventa y nueve hombres por cada mujer. La hora de la comida era un suplicio: tenía que atravesar una nave de montaje llena de olor a aceite pesado y a macho cabrío, y luego sentarme a la mesa con cuarentones cuya diversión consistía, principalmente, en decir salvajadas de las que entendía lo suficiente como para saber que yo era el blanco, pero no sabía contestar, no sabía hacerles un corte de mangas, no sabía ponerles en su sitio. No sabía, qué coño iba a saber yo entonces.

    Mi jefe era catalán y, según se rumoreaba, del Opus Dei. Hablaba castellano con un fortísimo acento que a mí, provinciana de un barrio pobre de Madrid, me impedía entenderle a la primera, aunque eso sólo fue al principio. Nunca saludaba, nunca me llamó por mi nombre – un “señorita” le bastaba para dirigirse a cualquiera de nosotras – y sus exigencias me hicieron llorar más de una vez. Gestionó la represión de las primeras huelgas que se convocaron en la empresa ( promovidas por unas Comisiones Obreras entonces en la más absoluta clandestinidad) con mano de hierro y más saña de la que hubiera sido necesaria.

    Estuve allí cinco años. Hice COU. Comencé Filosofía y Letras. Aprendí a quitarme de encima a los moscones sin despeinarme y sin darle mayor importancia. No pude desprenderme del terror que me inspiraba su presencia.

    Le fui siguiendo la pista; su carrera continuó en ascenso, y podía ir leyendo en los periódicos los cargos – nunca políticos, siempre de gran prestigio – que fue ocupando primero con Franco y luego en la democracia: grandes empresas, bancos, director general, vicepresidente, presidente...

    Y ahora, sólo ahora que leo su necrológica, comprendo que su autoridad competente me hizo el grandísimo favor de convertirme en una roja con tendencias libertarias. Ya veis.

    miércoles, agosto 23, 2006

    ARREBATO

    Tres de la mañana, sin sueño, fumando en el sofá junto al balcón abierto.

    Pienso en tí.

    Trabajas apasionadamente, aunque sin adicción, y eso me gusta más que tu inteligencia y más que tu culo. Estoy enamorada de la manera en que te entregas a tu trabajo. Morirías por él. Es la razón de tu vida, y todo lo demás – la música, el cine, los viajes de vacaciones, el reconocimiento público, yo misma – lo recibes como premios que la vida tiene a bien concederte. Tus hijos ostentan un estatuto diferente, ya que también darías tu vida por ellos, como yo por el mío.

    No te da dinero, no te da poder... ¿O sí? ¿No es poder la seguridad de que aquello que estás haciendo modificará en algún sentido y para mejor, siquiera en una parte infinitesimal, el mundo en que te ha tocado vivir? Esa al menos es tu fe, y por ello te aplicas a hacerlo lo mejor que sabes, que es mucho.

    Si, quizá sea por eso.

    Te amé porque estás metido hasta el cuello en un territorio en estos tiempos devaluado, maldito, vilipendiado, ridiculizado, denostado, corrupto... Y ahí sigues: honesto, orgulloso de lo que haces, discreto en un mundo de figurones, de vuelta de muchas cosas y aún convencido.

    Te amo porque sólo me pides amor, y aceptas como amor lo que te doy.

    Te amaré si – y a estas alturas es difícil el cambio – no abandonas, si no te dejas dominar por el escepticismo y... Si no me pides más de lo que pueda darte libremente.

    martes, agosto 22, 2006

    LENGUA Y CULTURA

    - Buenas, vengo a votar en las municipales.

    - ¿Está usted empadronada?

    - Desde hace diez años que me casé vivo y trabajo aquí.

    - Bien; responda por favor, ¿quién es el patrón de España?

    - Mmmmmmmm, ni idea. Es que yo soy agnóstica, mire usted.

    - Vamos con otra: Dónde se celebra la Feria de Abril más famosa?

    - .........¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿???????????????

    - Mal vamos. Bueno, dígame, ¿de dónde son las mejores morcillas de arroz?

    - ¡A buena parte va usted a parar! Soy vegetariana

    - Ay, Señor. A ver esta: dígame la fórmula del tinto de verano.

    - No bebo más que agua.

    - ¿Qué ingredientes lleva la tortilla española?

    - Uffffffffffffff, vaya usted a saber. En casa cocina mi marido.

    - Ayayay, que no le voy a poder dar a usted el aprobado, ¿eh? A ver, escríbame usted una redacción en castellano sobre las Trece Rosas. 20 líneas. Si tiene más de una falta por renglón...

    (Media hora más tarde)

    - Pero, ¡Mujer de Dios!, ¡si no me ha puesto ni un acento bien, ha confundido las y griegas con las i latinas, y me cuenta que las Trece Rosas tienen algo que ver con la fiesta del libro ¿No ve usted la tele, con lo que se han gastado los gachós en promocionar la película?

    - Es que, verá: fui escolarizada a quinientos kilómetros de aquí, y...

    - Pues nada: SE QUEDA USTED SIN VOTAR POR DESCONOCIMIENTO DE LA LENGUA Y CULTURA DE ESTA AUTONOMÍA.

    (Dedicado sin acritú a los maromos de CiU)

    lunes, agosto 21, 2006

    PROMESA

    Es un aprendizaje lento y difícil, pero lo estoy consiguiendo: desde aquí afirmo mi voluntad de prescindir de las generalizaciones, las premisas universales afirmativas, los tópicos, sambenitos, etiquetas, estereotipos y arquetipos, tanto en el lenguaje escrito como en el hablado, cuando se refieran a personas.

    Lo hago en favor de mi salud mental y de la del prójimo.
    Todo empezó porque notaba que se me erizaba el vello cuando escuchaba o leía frases como “Las rubias son tontas”, “los guapos son insoportables”, y me daban ganas de echar la pota encima del emisor cuando la afirmación tenía pretensiones filosóficas y se pronunciaba en tono profesoral, (valga como ejemplo cualquier sentencia tipo es que los españoles somos gente muy vivalavirgen o los italianos están muy enmadrados), pero cuando de verdad noto que me afecta al coco es cuando me toca estar presente ante tratados de sociología barata resumidos en dictámenes de este calibre:
    • Las mujeres son más sentimentales que los hombres
    • Los norteamericanos son gilipollas
    • Los musulmanes odian a Occidente
    • Las niñas son más listas que los niños
    • Todos los hombres son infieles
    • El tamaño importa
    • Los gays tienen mucho sentido artístico
    • No te puedes fiar de los gitanos
    • Los inmigrantes vienen a quitarnos lo nuestro
    • Los caribeños son unos vagos
    • No hay mujer frígida sino hombre inexperto
    • Somos las mujeres quienes llevamos el mundo a cuestas

    No continúo. Podéis añadir por vuestra cuenta decenas de juicios semejantes que cada día se escuchan– y, ¡ay!, incluso pronunciamos nosotros – de boca de las personas más respetables, obviando el daño que podemos hacer: un estereotipo es como una venda en los ojos que nos ponemos ante cualquier semejante, impidiéndonos ver su calidad de individuo. Y puede hacer daño: a ellos y a nosotros mismos.

    De modo que os doy permiso para reprochármelo públicamente si me pilláis en un gazapo de ese calibre.

    domingo, agosto 20, 2006

    PASTELITOS DE CREMA DE LIMÓN Y MORAS

    ¡Nos asustéis!, es un dulce derivado de una tarta de Navidad alemana (creo), y fácil de hacer, si seguís bien las instrucciones.

    Ingredientes:
    1 paquete de volovanes, o de tartaletas de masa quebrada (tamaño mediano, los muy pequeños también sirven si vais a ser muchos, pero son un coñazo para rellenarlos). Si sabéis hacer la masa quebrada o el hojaldre en casa, nada que objetar.
    Relleno para las tartaletas:
    2 huevos enteros
    2 yemas de huevo (la clara la podéis usar para hacer un pisco shower, que está de muerte; si no sabéis hacer el pisco shower, vosotros veréis)
    50 grs. de mantequilla
    100 grs. de azúcar
    La ralladura de un limón (nada de apurar el rallado: la parte blanca amarga)
    El zumo de ese limón y otro más. (el de dos limones en total, por si no me he explicado)
    1 bote de mermelada de moras (más o menos, dependiendo de cómo os guste de dulce)
    Moras. (Es la época. Vais por ellas, o las compráis en El Corte Inglés, o pasáis directamente, porque si hay que comprarlas encarece el asunto)

    Se juntan en un recipiente estrecho y hondo - o un bol grandecito - los huevos batidos, las yemas, el azúcar, la mantequilla un poco blandita, la ralladura y el zumo de los limones, que esté todo bien mezclado, aunque la mantequilla puede quedarse a grumitos: no pasa nada. La mezcla no debe quedar muy al borde.

    Poned una cacerola más bien grande con agua a calentar. El agua en principio no debe ser mucha, porque ahora tenéis que meter dentro el recipiente con el mejunje de antes, y no es cosa de que rebose y fastidie el invento. Una vez colocado el bol en la cacerola, si el agua no es suficiente echáis otro poco hasta que la superficie de ambos líquidos – recipiente mayor y recipiente menor – se iguale. Sujetad la cacerola por un asa (con guante de cocina) y removed la mezcla durante un ratito, a fuego suave, hasta que espese verdaderamente; entonces, y sólo entonces, apagad el fuego.
    Ya sabéis hacer algo al baño María. No he querido decirlo antes para no asustaros, porque en esto de la cocina la mayoría sois unos cobardicas.

    Con la crema aún caliente, id rellenando las tartaletas con la crema, sin que rebose, porque a continuación tenéis que distribuir entre ellas la mermelada de mora, cubriendo la crema de limón.
    No sé cuántas tartaletas salen: depende de la cantidad de crema, mermelada y moras que pongáis en cada una; las proporciones dependen de qué sabor prefiráis que predomine

    Se remata el conjunto con las moras: una, dos, siete... Dependiendo de la cantidad que tengáis. Cuantas más moras, más rico el conjunto.
    Puntualizaciones:
    Puede sustituirse la mermelada de moras por la de frambuesas. No aconsejo otras: no se llevan con la crema de limón.
    Si tenéis muchas moras, podéis prescindir de la mermelada, pero entonces queda menos dulce.

    sábado, agosto 19, 2006

    MI BARRIO (II) Las Panaderas.

    (Os dije que un día hablaría de ellas).

    Eran tres hermanas solteras, más o menos de mi edad, y además eran lecheras, pasteleras, gordas y las paparazzi del barrio antes de que la palabra existiera en nuestro vocabulario.

    Nos habíamos mudado hacía poco. Las panaderas eran nuestra tabla de salvación porque tenían abierto a todas horas, aunque resultaban un poco gritonas, bastante careras, muy lentas, demasiado cotillas, y a mí me traían por la calle de la amargura:

    -- Qué delgada estás, hija mía: a ver si engordas un poco.

    Siempre, siempre que iba por allí una u otra terminaba por soltarme lo de mis huesos. Era cierto, aunque justo aquella no era mi peor época. Además, ellas estaban más gordas que yo delgada, sin discusión. Qué pesadas.

    Mi marido y mi hijo, en cambio, encantados con lo simpáticas que eran y tal; sabían hasta quién era quién, mientras que yo nunca las llamaba por su nombre porque ni por casualidad acertaría.

    Poco después decidí, tras muchas dudas y cavilaciones, que mi apacible, convencional y aburrido matrimonio había llegado a su desenlace - todo lo que empieza con un enlace corre el riesgo de terminar de esa manera, ¿no? – y mi ex se fue a vivir justo a la misma distancia del colegio de mi hijo pero en dirección opuesta a la que todavía hoy es mi casa.

    Pasaron algunas semanas, y el chiquillo – doce años entonces – se negó un día a bajar a comprar el pan. Sesión de mesa camilla: a ver, qué pasa, nada, sí que pasa, llevas unos días que te haces el loco, sabes que es tu tarea, si, pero prefiero no ir a la panadería, por qué, por nada, venga: por algo será, es que todos los días me preguntan por papá y a mí no me da la gana decirles nada porque ya les he dicho que se ha ido a vivir a otro sitio y me siguen preguntando cosas. Ah, pues no te preocupes, que hoy bajo yo, y a partir de ahora ya no vamos a comprarles nunca más. (No reproduzco mi repertorio de tacos, maldiciones, blasfemias y frases soeces, que solté enterito, porque les supongo imaginación suficiente. Si: delante del niño).

    Las muy guarras a mí no me habían dicho ni mú.

    Era un domingo a eso de las doce o doce y media. Todo el barrio, alma arriba o abajo, allí metido, o en la puerta, de cháchara. No llevaba una estrategia muy concreta, pero más o menos sabía por dónde podían ir los tiros, así que esperé mi turno, pedí la barra, y escuché lo de siempre:

    -- ¡Ayss, hija! Tú siempre tan delgada, incluso más, ¿qué haces para estar en los huesos? Seguro que no comes.

    Ahí estábamos: donde yo quería. Con el público asistente atento a la respuesta, levanté bien la voz, segura de que ese momento marcaría un hito histórico en mi vida:
    -- ¿Quieres de verdad saber lo que hago para estar tan delgada? Justo lo contrario de lo que hacéis vosotras: no acosar a los niños con preguntas sobre la vida de sus padres y ¡Follar mucho!

    Fue en octubre de mil novecientos ochenta y ocho, dos meses más o menos antes de la Gran Huelga.

    viernes, agosto 18, 2006

    LUNA

    Que la luna es una comedianta lo hemos sospechado siempre. Prueba de cargo: cuando está en fase Creciente, adquiere la forma de una D, para hacernos creer que decrece. En cambio, cuando está en Decreciente (vulgo menguante) forma una C incuestionable. Son ganas de confundir, con esas caritas que pone: ahora de perfil, ahora parezco bonachona, ahora te guiño un ojo, ahora estoy pero no estoy, cucú trastrás cada 28 días.

    También nos había hecho creer que el plenilunio era la cumbre de su esplendor...¡Ah, amigos, no os fiéis nunca de quien tenga dos caras! Otra mentira. Durante milenios sólo Dios, los ángeles, arcángeles, serafines y querubines, todos los demonios, la Virgen, los santos, profetas y extraterrestres supieron la verdad y, como en general son personajes poco comunicativos, la muy farsante pudo mantenernos engañados hasta ahora.

    Hubo astrónomos en el pasado que lo habían supuesto, pero eran especulaciones, carecían de pruebas. Ahora, la tecnología espacial nos ha permitido conocer la verdad verdadera: la más luminosa es su cara oculta, la que no nos muestra nunca a nosotros, pobres y románticos terráqueos, y exhibe impúdica al resto del Universo.

    Así que vale ya de poemitas y canciones y fotos de la seductora embustera rielando en la noche sobre el mar: no se lo merece, por bella que sea. Y no lloréis la inocencia perdida: ella seguirá estando ahí y podremos hacerle sufrir con nuestra indiferencia, aunque...

    ...No creo que seamos capaces.

    miércoles, agosto 16, 2006

    PUES... MADRID

    Si alguien quiere contemplar perspectivas insólitas de Madrid, no tiene más que acercarse por aquí un 15 de agosto y darse un paseo mañanero.

    Las obras están mudas; desde la Puerta de Alcalá se divisa la calle libre de coches hasta Gran Vía por un lado y hasta las Escuelas Aguirre por otro. Príncipe de Vergara, Velázquez, Serrano, pacíficamente tumbadas al sol y recibiendo un vientecillo que obliga a niños y viejos a acomodarse chaquetillas. Paseantes sin prisa, con el periódico en la mano, el pan, la bici del niño hacia El Retiro.

    Entro en una cafetería por el placer de estar un ratito más disfrutando del personal sin cansarme demasiado. Poca gente: los camareros tienen ocasión, por una vez, de ser amables. Acaricio con los ojos a esa pareja que, seguro, no vive aquí – andan con la mochila e indumentaria viajera y un plano en la mano, vaya –; a la señora que como yo ha bajado a dar una vuelta a la manzana y se ha quedado pegada al paisaje urbano adormilado; a los andinos que hoy están de fiesta y por un día no saben lo que son las prisas; al cincuentón con una bolsa de Crisol que quizá se ha quedado solo en casa y aprovecha. Hoy las cuidadoras de ancianos están durmiendo la fiesta de anoche con su gente: echo de menos esas parejas de titubeante viejecita con su paciente boliviana/ecuatoriana/caribeña al lado, sus voces de pajarito reconviniendo, aconsejando, orientando, unas veces la mayor, otras la joven.

    Aplazo el momento de volver. Recuerdo que por aquí hay muchas tiendas de muebles, y me invento una imperiosa necesidad de buscar una mesa nueva para el comedor. Doy un rodeo, pero me entretengo más mirando las plantas que los escaparates: todo madrileño que se precie adora la naturaleza (por eso escapamos al campo o a la playa en cuanto nos dan pie) y se demuestra en los balcones, en el amor con que los porteros cultivan todo tipo de especies vegetales en sus dominios: algunos llegan a sembrar enredaderas y dondiegos en los alcorques de los árboles que tan poco aprecian nuestro Alcalde y nuestra Presidenta de la Comunidad Autónoma. Pasa una señora con el uniforme del servicio municipal de limpieza empujando un enorme carro de metal pintado de verde, qué oficio tan solitario el de barrendera un día de fiesta.
    Telemadrid dijo por la noche que "miles de madrileños" habían ido a la iglesia de La Paloma a ver del descenso del cuadro, ja, ja y ja. No mostraron imágenes del acto, para no verse desmentidos. Unos cientos, si acaso, como cada año. Pues no somos descreídos, niná.
    Queda inaugurada la bendita segunda mitad de agosto. (Mis disculpas a quienes hoy hayan vuelto al trabajo, pero la felicidad, como la risa, va por barrios).

    martes, agosto 15, 2006

    DE PASEO

    Visto que los paseos por las calles sólo me están permitidos, de momento, en una medida muy, muy escasa, y que estoy completamente sola de la gente que me apetece este puente, ayer me puse a trastear por la blogosfera.

    Una vez leí algo sobre una moza que se desesperaba porque, cuando estaba haciendo no sé que cosa urgente, iba buscar el tabaco, encontraba las tijeras de cocina encima de la mesa, las llevaba a su sitio, y mientras cerraba el cajón le entraba un antojo de chocolate, abría la nevera para tomar sólo un poquito, allí encontraba un vaso de té que había metido por la mañana para que se enfriara, lo sacaba para echarle azúcar, pero en lugar del azucarero estaba el bote de la harina, por dios que desorden, hay que colocar esto un poco, vaya, y al recolocar los botes se daba cuenta de que el de café estaba casi vacío, entonces iba a buscar un boli para apuntarlo en la lista del pedido, y junto a los bolis se encontraba una servilleta sucia que asco venga al cesto de la ropa sucia, y ya que estoy en el baño me quito un pelito que me ha crecido en el bigote y que lleva todo el día poniéndome nerviosa y no hago más que tocármelo pero en ese momento la llamaban por teléfono y entonces le apetecía un cigarrillo, y vuelta a empezar (los detalles concretos pertenecen a mi vida real, pero la idea era esa)

    Pues, eso me ocurrió ayer con la cosa de las bitácoras. Comencé muy tranquilita, leyendo y contestando vuestros comentarios. A continuación fui a ver si entre mis prefes había alguno que no se hubiera ido de puente. Dejé algo escrito si había entradas nuevas. Luego pinché en los nuevos o poco conocidos; en sus post había gente que me ha llamado la atención; entonces he pinchado en esos, a ver de qué iban, y a continuación en los que me provocaban de entre los que escribían comentarios en los nuevos, y mira este, y anda que el otro...

    Se me fue la tarde.

    (Si le explico esto a mi gente – los menores de cuarenta años no cuentan – pondrían los ojos en blanco en un gesto de no te voy a decir nada porque bastante tienes con lo tuyo y, si así te entretienes, pues mira, pero un poco chiflada ya estás. No entenderían que es un equivalente a pasarse la tarde en una librería husmeando títulos y autores, o leyendo el periódico de la primera a la última página, pero mucho más interactivo. Algunos ya me han regalado con comentarios irónicos y descreídos, como si de pronto me hubiera vuelto un poco majara, o me hubiera dado por vestirme con minifalda y camiseta ombligueras, aunque cuando les he negado el nombre de mi bitácora se han mosqueado un poquito. Que se busquen la vida y no me tomen de excusa para iniciarse ellos en la cosa, o que digan claramente que se mueren de curiosidad...)

    A lo que iba: quedé agotada y un poco aturdida, y luego no tenía más ánimo que para tirarme en el sofá a ver una peli delirante con Tim Robbins que ya estaba empezada y no me enteré de cómo se llamaba.

    A lo mejor sí que estoy un poco p’allá, y os quería preguntar si:

    1. ¿Vosotros volvéis a ver si os han contestado a los comentarios que habéis hecho en un blog?

    2. ¿Os ponéis a navegar la deriva de vez en cuando, u os limitáis a los blogs conocidos y a visitar a quienes entran por vez primera al vuestro?

    lunes, agosto 14, 2006

    ENSALADA DE ALUBIAS BLANCAS

    Hace unos días Chilanga me pidió la receta de esta ensalada. Roxi también puede estar interesada, ya que es vegetariana... Es otra receta muy, muy fácil, casi para principiantes.

    Ingredientes para 4 - 6 personas (dependiendo de si vais a poner un segundo plato muy contundente o ligerito):

    Básicos:

    1 Bote de 1 kg de alubias blancas al natural en conserva.
    1 cebolleta grande (en su defecto, cebolla, pero está más rica si es nueva)
    1 lata pequeña de pimientos morrones o un pimiento rojo asado, en ambos casos con todo el jugo.
    125 gramos de aceitunas al gusto (verdes, negras, con o sin hueso)
    Aceite de oliva como para una ensalada (sed generosos)
    Vinagre (poco, vosotros veréis)

    Opcionales:

    1 tomate hermoso
    1 pimiento verde pequeño
    alcaparras
    pepinillos en vinagre cortados en cuadraditos
    1 ó 2 huevos duros

    Echad las alubias en un colador y ponerlas al chorro del grifo (no muy fuerte, para que no se rompan) hasta que se vaya la espuma. Tienen que estar bien limpias porque, si no, el jugo de la conserva amarga todo lo demás.
    Colocad en una ensaladera las alubias, la cebolla bastante picada, el pimiento en trozos con su jugo y las aceitunas. Aliñad con el aceite y el vinagre, aunque si os gustan las cosas saladitas también podéis añadir un pellizco de sal.
    Si le añadís tomate, es mejor que esté maduro. El pimiento verde también debe picarse muy menudo, para que no predomine su sabor sobre el resto.

    Esta misma ensalada puede hacerse con garbanzos, teniendo cuidado de lavarlos al grifo como las alubias para que tomen su sabor natural.

    (Vaya, también podéis cocer vosotros mismos las alubias o los garbanzos, pero, sinceramente, no os lo recomiendo: hay un problema con la calidad, tiempos de cocción, etc. y, sobre todo, de tiempo, teniendo en cuenta que esas legumbres en conserva no pierden sus cualidades nutritivas).

    domingo, agosto 13, 2006

    DESASOSIEGO

    ¿De qué materia estoy hecha, que mientras escucho las noticias puedo disfrutar comiendo un melocotón, y luego concentrarme en un libro, ver una película, reírme, amar, dormir, mientras al otro extremo del Mediterráneo los misiles cruzan fronteras y matan civiles? ¿Qué me ocurre, que puedo contemplar por televisión cómo mueren africanos junto a las costas canarias mientras me tomo un café o me pinto las uñas? ¿Esto es lo que hacía Europa entera mientras los nazis invadían Polonia, exterminaban judíos, homosexuales, discapacitados?
    Al menos, ellos tuvieron el pudor de mirar hacia otro lado.

    (Primero se llevaron a los negros,
    pero a mi no me importó
    porque yo no lo era.

    Enseguida se llevaron a los judíos,
    pero a mí no me importó,
    porque yo tampoco lo era.

    Después detuvieron a los curas,
    pero como yo no soy religioso,
    tampoco me importó.

    Luego apresaron a unos comunistas,
    pero como yo no soy comunista,
    tampoco me importó.

    Ahora me llevan a mí
    pero ya es tarde.

    Bertold Brecht)

    Hoy no tengo ganas de escribir.

    sábado, agosto 12, 2006

    CONFIDENCIALIDAD EN LAS FUENTES

    Leo en barrapunto.com

    ”La justicia norteamericana reconoce a los blogueros el derecho a la confidencialidad de las fuentes.

    En un caso que enfrentaba a la sociedad Apple con los responsables de unos sitios que revelaron informaciones confidenciales sobre algunos de sus productos, un tribunal de apelación del Estado de California decidió, el 26 de mayo de 2006, que los periodistas digitales y los blogueros tienen derecho a preservar la confidencialidad de sus fuentes, por las mismas razones que los periodistas profesionales. Reporteros sin Fronteras aplaude esta “histórica” decisión judicial.

    “En varias ocasiones, y entre otras en el marco de este caso, hemos defendido que los periodistas digitales, lo mismo que todos los blogueros cuya actividad se asemeja al periodismo, tienen que disfrutar de la misma protección que los profesionales que trabajan en medios de comunicación tradicionales. Nos hemos sentido particularmente sorprendidos por la actitud de Apple, que intentó ir más allá del principio de confidencialidad de las fuentes al pedir que no se equipare a los bloggers con periodistas. Era una postura que resultaba aun más sorprendente porque esta empresa sabe usar muy bien a su comunidad de fans, y especialmente a los que se agrupan en Internet, para hacer que hablen de sus productos. La decisión del tribunal de apelación californiano es histórica porque concede una nueva legitimidad a los bloggers quienes, aunque carezcan de carné de prensa, ahora tienen un lugar en el mundo de la información”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.

    En la sentencia, el juez se niega a hacer una distinción entre informaciones “legítimas e ilegítimas”, precisando que cualquier intento de ir por ese camino podría “poner en peligro los objetivos de la primera Enmienda” (el artículo de la Constitución norteamericana que protege la libertad de expresión). Entre otras cosas, ha rechazado la denuncia de Apple basándose en una ley californiana, llamada “ley escudo” (Shield law), que protege la confidencialidad de las fuentes de los periodistas. La sentencia del juicio de apelación (“Apple contra Does”) puede descargarse en el sitio de Reporteros sin Fronteras.”

    viernes, agosto 11, 2006

    EGOS

    Me apetece escribir hoy sobre el ego, esa parte de nuestra personalidad tan poco conocida y que a veces incluso parece como si tuviéramos que esconderla. El ego es importantísimo para cada quien; sin llegar a la exageración del chiste aquél “Se suicidó arrojándose desde su ego” (Por cierto: la frase es una contradicción en sí misma, puesto que nadie con uno tan enorme caería en la tentación de desaparecer de este mundo cruel), conviene ser conscientes de que sin un ego adecuadamente desarrollado no tenemos nada que hacer en esta vida, seremos unos pringaos destinados a que los demás abusen de nosotros sin compasión y, lo que es peor, creeremos que ese es nuestro sino, qué horror.

    Un ego no debe ser ni demasiado raquítico ni demasiado grande; por eso hay que cuidarlo adecuadamente, vacunarlo, vigilar periódicamente su salud, su aspecto, sus necesidades y demandas, sus carencias y debilidades.

    Ojo con pasarse en su alimentación: los egos hipertróficos sólo sirven para monstruos de feria, de modo que una dieta sistemática de autocrítica o de crítica amiga resulta de lo más saludable. Recordad que un ego gigante siempre tendrá problemas para encontrar pareja (Preventivamente, los expertos aconsejan dosis masivas de sentido del humor y una evaluación periódica de la distancia entre el punto en que estamos y nuestros sueños).

    En el otro extremo, los egos poco o mal alimentados tienen un pronóstico chungo: se vuelven rencorosos, comidos por la envidia, vengativos e incluso asesinos. Existen ciertos tratamientos para los sujetos aquejados de un ego débil o enfermizo, pero siempre ha de dejarse en manos de profesionales: si intentamos arreglar por nuestra cuenta un ego – propio o ajeno – muy deteriorado, las consecuencias suelen ser nefastas. Nada de Salvar Almas por afición. Ni siquiera por Amor. Hay que huir.

    Los egos están tan ligados a nosotros que pasan por las mismas vicisitudes, pero no debemos confundir ser con estar, que para eso tenemos los dos verbos en español; por tanto, si el ego se pone malito o alguien le ha herido, se le mima, se le diagnostica el mal, se le aplica el remedio adecuado, y a correr. Atendamos las dolencias de nuestro ego: es una prioridad.

    ¿Mi ego? Pues, de aquella manera...

    jueves, agosto 10, 2006

    SÓLO TENGO UN HIJO

    Sólo tengo un hijo. Sufrí dos abortos, pero esa es otra historia: hoy quiero hablar de él, del que cuando nació ya dije – curándome en salud - que, lo hiciera como lo hiciera, sabía que lo haría mal, como todas las madres. En su presencia he llorado muchos años más tarde vomitando las cosas que me remuerden, ¿lo hubiera podido hacer de otra manera?, y él me consoló. Cuestión superada.

    Le quiero. Le quiero rabiosamente. Por él he aprendido a querer sin condiciones, no ya cuando era una cosita parlante que sólo daba alegrías, sino cuando fue cumpliendo años y empezó a escribir su propia historia pisando rayas, ignorando tabúes, aprendiendo y enseñándome, alejándose para volver, volviendo para encerrarse, exasperándome, dudando, decidiendo, traspasando límites, investigando por su cuenta. Creciendo. Como todos.

    Ah, el tópico de que todas las madres quieren lo mejor para sus hijos es cierto. Lo mejor, así, como si eso significara algo, como si hubiera una definición universal que orientara y permitiera medir la distancia, el tamaño, los ítems que aún faltaran por rellenar en el cuestionario: tanto de afecto, tanto de disciplina, tanto de estudios formales, tanto de ocio, tanto de actividades extraescolares, estos amigos, esos juguetes, aquellos viajes y...

    Finalmente, asumes que el tiempo ha pasado: lo que no hayas hecho hasta ese momento ya no lo vas a poder hacer. Es un adulto. Se acabó tu responsabilidad. Cuesta trabajo: primero, entenderlo, después, aceptarlo. Hay un momento de vértigo en el que aún crees que debes, aunque al final recuerdas quién eras tú a su edad, dónde estabas, te pones en su lugar y todo se serena.

    La preocupación, sin embargo, es inherente a mi amor por él: miedo a sus enfermedades, a sus desengaños, a sus fracasos, a... Pero puedo verle, y me gusta lo que veo cuando le miro: es arriesgado, afectuoso, sensible, rebelde, solidario, inteligente – superdotado, como ya se encargó de comprobar su padre cuando suspendía y suspendía en el bachillerato, por más que siempre aprobaba todas en septiembre – y tiene la virtud de la paciencia, y de la suavidad en el trato, como mi ex marido... Sonrío pensando que es tan hablador como yo, y simpático a mi manera castiza. Es guapísimo. Y desordenado, el muy cabrón.

    Su vida es suya, y está haciendo con ella lo que cree conveniente, a veces con mi aplauso y a veces a mi pesar. No intento que haga las cosas como a mí me parece: le doy mi opinión, le animo, le critico mucho más descarnadamente que al mejor de mis amigos, le pido consejo a veces, y le agradezco que haya aprendido a demostrarme su cariño sólo porque sí, y porque también quiere que le siga queriendo. Mantenemos nuestros espacios privados.

    Aprendiendo a quererle bien he encontrado la manera de amar sin exigencias, sin intentar cambiar al otro, haciendo bueno aquello de va en el lote. Me siento feliz de tenerle, de haber podido establecer con él una relación que, siendo de madre-hijo sin la menor duda, es más que eso, porque hubo un momento en que los dos elegimos querernos, y no nos fallaremos nunca.

    miércoles, agosto 09, 2006

    ESTOY PACHUCHA.

    Queridos:

    Desde ayer a mediodía, por razones ajenísimas a mi voluntad, no he podido ponerme ante el teclado, y ahora mismo tampoco debería estar aquí, solo que no he podido resistir la tentación de contestar a sus comentarios y dar señales, de modo que habrán de conformarse con estas sugerencias:

    - Los lectores recientes pueden aprovechar para husmear en post anteriores. Me encantaría.

    - Los lectores antiguos, háganme el favor de escribir algo en sus bitácoras, que algunos de ustedes me han salido un poco vaguetes, y me privan del placer de leerles sólo por fastidiar. Los que sean trabajadores, no se den por aludidos y busquen nuevos horizontes, que tampoco está mal; pero no me olviden. (También pueden leer mis respuestas a sus comentarios, son muy libres de elegir entre eso y marcharse tranquilamente, no faltaría más).

    Besos.

    martes, agosto 08, 2006

    USTEDES PERDONEN

    Me pongo nerviosa cuando leo un texto y las faltas de ortografía me dificultan su comprensión. Sin ánimo de ofender, hoy quiero puntualizar que:

    - El porque causal siempre se escribe JUNTO y sin acento: “La maté porque era mía”
    - El interrogativo siempre va SEPARADO, y con acento, vaya o no entre signos de interrogación: “¿Por qué la mató?” “Todos se preguntaban por qué la mató”. En este caso, el qué siempre va acentuado.
    - El sustantivo que significa “causa o motivo” se escribe JUNTO: “Nadie entendió el porqué” “Él dijo que tenía sus porqués”. También se acentúa, porque es una palabra aguda terminada en vocal.
    - Cuando un verbo, un nombre o un adjetivo exigen la preposición por (rezar por alguien o algo,) y le sigue una frase que comienza con la conjunción que se escribe SEPARADO: “Rezaron por que ella no hubiera sufrido mucho”
    - Cuando que es un relativo y le precede la preposición por también se escribe SEPARADO: “La razón por que la mató era repugnante”. Esta es fácil: puedes poner el artículo en medio.

    Y también:

    - La conjunción adversativa sino se escribe siempre JUNTA: “no sólo la mató, sino que se sentía muy hombre por ello, el muy imbécil”
    - El sustantivo que significa “destino” se escribe JUNTO, claro: “ Él pensaba de ella que su sino era pertenecerle”
    - Cuando una frase condicional es negativa, la conjunción si y el adverbio no se escriben SEPARADOS “Si no aceptáramos socialmente y con ligereza ciertas conductas machistas, estas conductas terminarían por desaparecer”.

    Ufffffff, ustedes perdonen, pero qué ganas tenía.



    lunes, agosto 07, 2006

    DESTELLOS

    Cris, la hija mayor de mi amiga Ana, me ha cortado el pelo “a lo Llongueras”, es decir; cortito y con rabos que salen por detrás de las orejas y en la coronilla y marcan el flequillo. Me favorece (Quizá debo decir aquí que mi edad real y mi edad aparente distan entre sí el número Pi al cuadrado). Cris se ha convertido en nada de tiempo en una estilista de tronío, y me aconseja sobre ropa, maquillaje y peinados; tengo un chollo con ella, pero ya desde chica era mi debilidad.

    Me ha salido tripita. Andrés dice que le encanta, que es muy femenina y que le sirve de cojincito para su cabeza. Yo me veo rara; él me consuela diciendo que Marilyn Monroe también tenía. No te digo.

    Félix se ha quedado en Madrid trabajando mientras su mujer se iba de vacaciones. No me ha apetecido invitarle a comer: desde el infarto está intratable, y ya va para seis años.

    Ana me ha llamado desde Asturias. Está en una romería. Se oyen las gaitas. Su voz suena excitada: me da envidia. Me suelta “El miércoles como en tu casa” con tono imperativo. Se ha olvidado preguntar qué tal estoy; mi parte oscura contesta “Pues, no sé qué decirte, porque no me apetece que me organicen la vida”, Se queda un poco parada. Más tarde pensaré si la invito o no.

    A Andrés le gusta que me vista de pija. Él lo niega, pero cuando voy vestida de responsable de comunicación del PP siempre me dice que qué guapa estoy; otras veces también me lo dice, pero si voy de traje de chaqueta me lo dice siempre. Además, odia los vaqueros, a pesar de que todas las que salen por la tele cuando se van de viaje llevan jeans con chaquetón de zorro y botas en invierno y vaqueros pirata con camisetas de marca y sandalias de esparto en este tiempo.

    Leo el periódico. Firmas y más firmas con contrato de verano. Un artículo sobre Camus de Manuel Vicent. Otro sobre la importancia política de los blogs en Francia. Editoriales sobre Cuba, el dopaje y el carné por puntos, todos ligeramente críticos, sin entrar en profundidades. Rafael Sánchez Ferlosio escribe sobre Israel y contra Vargas Llosa. Me aburre, pero mucho más el semanal. Lo más nuevo: un reportaje sobre Second Life. No sé qué voy a hacer si a veces hasta El País me resulta infumable.

    Hoy: ensalada de alubias (si el público lo solicita editaré la receta, facilona donde las haya) y lenguado frito. De postre, sorbete de limón sin alcohol. Tenía una botella de albariño que casi cae: juro que el tapón lleva impresa toda una partitura, supongo que será “A virxen do Guadalupe”, no tengo idea de solfeo.

    Hablo con mi hijo. En septiembre vuelve a España. Las notas del Proficiency le llegarán aquí. Luego se irá a algún otro lugar de Europa. Hablo con él cada tres días. No sé si me merezco la relación que tengo con él.

    (Mientras os cuento todo esto, oigo por la ventana a un hombre dándole la charla a - sexo y parentesco supuestos - su vástago: "¡No trates así a tu madre!". Mientras haya mujeres que permitan que las defiendan sus santos, no conseguirán que sus hijos las respeten, aunque los padres consigan que los chavales no sean despectivos de viva voz con ellas).

    Y hasta aqui.

    domingo, agosto 06, 2006

    CONEJO CON SALSA DE NATA Y ARROZ BLANCO

    Si ni siquiera sabéis hacer arroz blanco, pasad de esta receta, aunque es facilona. Cuatro se ponen morados; seis pueden comer bien, si hay aperitivos y ensalada.
    (Parezco Isabel Allende, pero que yo sepa esta receta no tiene nada de afrodisíaca, salvo que está muy rica para lo que se tarda)
    Ingredientes:
    1 conejo cortado en trocitos.
    1 cabeza de ajos
    1/2 vaso (de los de agua) de aceite de oliva
    125 cl. de nata (ojo, que os conozco: sin montar y sin azúcar)
    1 ramita de tomillo. En polvo no es lo mismo
    1 ramita de romero. Valen hojitas secas, pero no en polvo.
    1 hoja de laurel
    sal
    Salad el conejo. Echad el aceite en una cazuela de barro o, en su defecto, en una cazuela de aluminio inoxidable. Poned la cabeza de ajos en el aceite y a continuación los pedazos de carne. Rehogad/sofreid/freid todo removiendo de vez en cuando hasta que el conejo esté doradito (6 minutos, más/menos), pero sin chamuscarse. Añadid agua fría - que cubra todo - y las yerbas y dejad cocer hasta que el conejo esté tierno (35/40 minutos). Rectificad de sal si es necesario (si os habéis pasado va a ser difícil, pero siempre podéis añadir agua al caldo y luego un poquito más de nata. Mi consejo es que mejor pecar por defecto que por exceso). Dejadlo en reposo.
    Se hace el arroz blanco.
    Cuando se vaya a servir, se vuelve a calentar el guiso hasta que llegue a punto de ebullición, se sacan los trozos de carne a la fuente en la que se vayan a presentar. Con el fuego apagado, se añade la nata al caldo y se echa a la fuente poniendo un colador para que las yerbas y los ajos no estropeen la salsa. Y ya está. Hago advertencia de que la gente siempre pide más arroz y más salsa: mejor sed generosos porque, si sobra, lo guardáis en la nevera y no se estropea y sólo pierde un pelín de calidad, pero si falta es un flas.
    Bueno... También se puede hacer con pollo, pero ¡Dónde va a parar!
    Se me olvidaba: El arroz blanco va en fuente aparte.

    sábado, agosto 05, 2006

    SÓLO PARA MUJERES

    Durante la noche de ayer todos los madrileños nos levantamos tres veces de la cama - una, para ponernos la camiseta; otra, para recoger todo lo que se había caído al suelo y poner un tope en las puertas; la tercera, para cerrar las ventanas - porque la temperatura bajó como unos veinte grados (igual exagero, pero la sensación era esa) gracias a que la Sierra (nota para las de fuera: pues ¡Qué Sierra va a ser, la única que tenemos: la de Guadarrama!) se puso a la faena y nos limpió el aire contaminado de todo un verano de bochorno sin lluvia regalándonos un vendaval muy de agradecer.

    Esta mañana tenía ginecólogo a las diez. A las diez y media estaba en la calle. En circunstancias normales me hubiera vuelto a casita en taxi, a continuar con mi reclusión forzosa; pero, amigas, era una mañana de agosto espectacular, espectacularmente madrileña, madrileña a la manera de agosto, agosteña a lo madrileño, yo qué sé: tráfico razonable, gente tranquila por la calle, veintiún grados, nada que hacer... Otros años aprovecho para ir de exposiciones, o al Reina Sofía con tranquilidad, o a alguna exposición...

    Me fui de compras. Con todo el morro. A despecho del neurólogo, de mi médica de cabecera y de mis lumbares. Primero un cafelito con churros y cigarrillo de postre, leyendo el periódico. Luego, aprovechando que estaba por Goya, he entrado en Zara, en Cortefiel, en una boutique carísima donde he picado, en dos o tres zapaterías... Y he recalado en el supermercado de El Corte Inglés. Como una reina.

    Me he regalado unos pantalones, tres camisetas, unas sandalias, una falda blanca (de esas de fondo de armario. Cortefiel, 19 euros) y una chaqueta de encaje de guipur color berenjena que... Esa es la de la boutique cara, no os digo más. Antes de subir a casa he pasado por la señora de los arreglos, para que me subiera el bajo de los pantalones. No estaba: la sustituía un tipo cincuentón que no sabía que los pantalones normales se llevan tapando los talones, Dios mío:

    - Y, usted, ¿aprendió como sastre, o como modisto?

    - No – el tipo estaba a mis pies, con la boca llena de alfileres, así que hago una traducción libre – Yo era masajista, pero, ya ve.

    - Ah, pues yo creía que los masajistas tenían mucho trabajo. Más largo, por favor.

    - Es que, al venir a España... ¿Así?

    - No, más largo, que tape el talón. Ah, ¿de dónde es usted?

    - Yo soy argentino, pero vine a España con treinta años, en el '83 ¿Siempre lleva este tacón bajo? Pero soy medio español, mi abuelo era español. ¿Más largo aún? Mira que ustedes las mujeres se preocupan de la imagen... Siempre preocupadas de lo que los demás opinen de ustedes

    Esa transición me dejó un poco sorprendida, pero el tipo seguía bajando milímetro a milímetro, y

    - A mí la verdad es que lo que opinen los demás no es una cuestión que me quite el sueño, más largo todavía, sí: como un centímetro más largo.

    - Bueno, le dejaré suficiente en el dobladillo, por si no le queda al gusto... Ustedes siempre creen que son como las ven los demás, por eso se preocupan tanto de su aspecto.

    - Vale así. ¿Me lo tendrá para mañana?

    Estoy convencida de que mañana, cuando baje a recoger el dichoso pantalón, me lo habrá dejado tobillero, pero todavía estoy rumiando sobre qué habré hecho o dicho yo, que no me acuerdo, para provocar esa reflexión en voz alta del pavo. Luego dicen que nosotras...

    viernes, agosto 04, 2006

    DROGAS


    La Audiencia de Vizcaya ha archivado la causa abierta contra tres socios de la asociación vasca Pannagh, integrada por unas setenta personas, por entender que no existe delito en la plantación de marihuana para el consumo propio o compartido, no necesariamente con fines terapéuticos. La Fiscalía no ha recurrido, por lo que el archivo es definitivo. La Audiencia ha considerado que la plantación cumple los requisitos exigidos por el Tribunal Supremo para ser considerada como "consumo compartido", es decir: que los participantes eran previamente consumidores, que se impide el acceso a no miembros, se cosecha sin ánimo de lucro y que la asociación está legalmente constituida. La asociación ha solicitado la devolución de las plantas incautadas.
    Como declaró el presidente de la asociación, "se van abriendo nuevos caminos".
    Soy partidaria de la regulación sanitaria y fiscal de todas las drogas porque hay demasiadas muertes por drogas adulteradas y las mafias se llevan enormes cantidades de dinero negro por la cobardía de los políticos (aunque, evidentemente, pocos pasos se pueden dar a nivel nacional: el asunto trasciende las fronteras de un solo país), incapaces de acabar con el doble rasero de las drogas legales e ilegales, y no me refiero tan sólo al alcohol y al tabaco, sino a toda suerte de medicamentos que, con o sin receta , altera nuestras percepciones. Y al café. Y al chocolate. Y al té.
    Y soy partidaria, también, de que cada cual elija la muerte que desee, siempre que no se lleve a nadie por delante; pero es que en el caso del cáñamo ni siquiera se puede aducir este peligro.

    jueves, agosto 03, 2006

    AMIGAS

    Mi amiga Ana aborrece a Andrés - historias de antaño - por lo que aprovecha para venir a verme cuando él está de viaje o sabe que no se va a encontrar con él.

    Hoy ha llegado con el traje de víctima que suele lucir cuando tiene un conflicto, y es que, después de siglos de amistad, aún no ha aprendido que a mí esa pose no me conmueve en absoluto: si hay problemas, es necesario buscar soluciones, no echar sobre su marido, sus jefes, sus hijos, su madre, su hermana o el mundo en general la culpa de todo. Puedo parecer un poco burra, pero el chantaje emocional es la peor forma de crueldad que conozco, y no estoy dispuesta a entrar a esos trapos.

    Quejarse es inútil... Bueno, quejarse un poquito no está mal cuando quieres que te hagan carantoñas, pero adornar simples incordios hasta que parecen desgracias; describir su situación en la empresa para la que trabaja como si de ella dependiera el futuro de toda la plantilla o la cuenta de resultados; plantear las manías de su madre - que ya ha cumplido los ochenta y vive prácticamente sola - como maldades para fastidiarla a ella; considerar los gustos televisivos de su marido como un castigo divino y ennumerar, en suma, todas y cada una de las molestias que vivir produce como si fueran fuerzas malignas conjuradas para impedirle, precisamente a ella, ser feliz, me parece un estilo de ir por el mundo, aparte de poco afortunado, ineficaz por completo.

    Ha mezclado el estrés del trabajo con la apatía sexual de su marido, las dificultades económicas, que no encuentra un especiero para su nueva cocina, los problemas de pareja de una de sus hijas, la preocupación porque la otra no encuentra novio, la angustia que le provoca que su madre esté sola porque su hermana se ha ido de vacaciones, que no sabe cuándo van a venir los pintores, que..

    Coño, Ana, pues si el viernes ya no curras, tu marido ha sufrido un infarto y medio y ya hace años sabéis que tendríais que ir al sexólogo para que os ayude, gastas más de lo que ganas, el especiero puede esperar, las niñas son listas y ya sabrán lo que tienen que hacer, puedes poner a tu madre una teleasistencia de esas y una asistenta y la llamas dos veces al día, y a los pintores se les da un toque y se les dice que cuándo, no veo yo qué hay de trágico.

    Bueno: en realidad lo que ella venía era a justificar que no podrá regar mis plantas ni un solo día del mes de agosto, porque se va a Asturias con unas amigas a descansar, y luego con Félix a Cádiz. Pues, haber empezado por ahí, hija mía. No problem (que sí, pero soy jugadora de mus: ya veré cómo lo arreglo). Otra cosa, ya que estaba aquí, ¿por qué no le hacía un ajoblanco para cenar esta noche, que le apetecía mucho y yo no tardo nada con la thermomix?

    Después me pregunta que qué tal estoy. A la hora y media de haber venido. Jopé: cuando Ana está en la otra cara de la luna...

    miércoles, agosto 02, 2006

    CUBA

    Lo de Fidel me tiene un poco revuelta.
    Desde que estuve allí - el año del Huracán Mitch - no discuto ni con los detractores ni con los partidarios: me llevé una imagen tan contradictoria que aún hoy no soy capaz de emitir un juicio sobre qué conviene, qué interesa, qué quieren, qué necesitan, qué esperan los cubanos.
    Niños limpios, bien comidos, alegres. Gente guapa y reidora. Edificios descascarillados. Viejos delgados, acicalados y sonrientes. Música y bailongo por las noches; durante el día, ensayo dentro de las rejerías coloniales abiertas al transeúnte. Laboriosidad matizada por el clima. Café de puchero siempre calentito. Avidez vergonzante por la ropa, por cualquier cosa que venga del mundo consumista. Santeras de blanco y negros con traje años cincuenta requetecepillado y planchado. Y más música y más bailongo. Portalones y patios bulliciosos. En Santiago, La Vieja Trova Cubana. Orgullosos frente a los yanquis, abiertos a cualquier español. Y las jineteras, si: las bellas, jóvenes jineteras con estudios secundarios.
    Nadie criticaba al régimen, nadie se quejaba, sólo describían: no puedo entrar en el hotel, que está prohibido a los cubanos; no tengo jabón ni champú; sólo nos dan cupones para tanto de arroz y tanto de leche y tanto de frijoles al mes; los que tienen familia fuera reciben dólares; quienes trabajan en la hostelería reciben propinas en dólares; paga en dólares, por favor...
    Quien haya viajado por el resto del Caribe y por Centroamérica (excluyo Costa Rica, y quizá Panamá ) saben que pueden pasar años luz hasta que esos países alcancen el nivel de Salud y Educación Pública -que llega a todos, sin excepción - de Cuba; pero hay presos políticos. Hay censura. Hay represión.
    Amo esa Isla bella y caliente y amadora, y le deseo que todo lo que ya tiene se enriquezca con una democracia limpia, pero ¿es eso posible? ¿Serán los cubanos de Miami capaces de abrir el régimen sin destruir lo que la Revolución consiguió? Lo dudo, hechos como están al "Si no quieres, no sabes, no puedes pisar a tu competidor, muérete de asco" yanqui.
    Lo siento, por ellos y por nosotros.

    martes, agosto 01, 2006

    EL PRINCIPIO - JUEGO DE PALABRAS (POW)

    Bueno, pues así ha quedado la cosa. Nadie me ha dicho dónde pongo el Atributo. Además, ahora me acuerdo de la Aposición, que tampoco sé dónde ponerla. Gracias a todos. Me he divertido mucho, pero tengo que confesaros que ahora estoy un poco empachada de la palabra palabra, que, por cierto, viene del griego "parabolé"= echar al lado (¿?)


    Hablada. Escrita. Pensada. Cantada. Oída. Silenciada. Deseada. Mal dicha. Oportuna e inoportuna. Olvidada. Meditada. Aprendida o inventada. Desconocida. Vomitada. Triste. Atragantada. Huida. Entregada y recibida (o rechazada). Estúpida. Ahorrada. Malsonante. Oculta. Bella. Balbuceada. Gruesa. Vacía. Comida y bebida. Alzada. Cogida. Escapada. Gastada. Mudada. Pedida, dada, quitada. Tomada. Primera y última. Torcida. Mansa. Insultante. Empeñada. Oportuna. Mantenida. Gritada. Susurrada. Devuelta. Correcta e Incorrecta (políticamente). Suelta. Enhebrada. Ahogada (Detrásdelreflejo). Llorada (Roque) Necias (Txabi). De más y de menos.(Adriá) Ni una más (Soltaire) Muertas (Granpitufo) Sublimes, peligrosas (Patus) PS: Recitada. Pronunciada. Exclamada.

    Palabra de Honor. Palabras vanas. Buenas palabras. Vender palabras. Palabras al Aire. Palabras Cruzadas. Cruzar palabra. Palabras Mayores. Palabra por palabra. Medias palabras. Palabra en la boca. De palabra. Pocas palabras. Faltar a la palabra. Faltar palabras. Tener palabra. Pasar la palabra. Palabra de matrimonio. Dos palabritas. Dulces o amargas palabras. Cuatro palabras (bien dichas). No decir palabra. Quedarse sin palabras (Manolotel). Uso de la palabra, Palabra de Ley, Palabra clave (Pow). Más que palabras (Isthar). Sin palabras (Roque). Palabras de amor (Lula Towanda) Dirigir la palabra , Palabras que se lleva el viento (Granpitufo)

    ¡Palabra!

    Palabrería. Palabrota. Palabreo. Palabreja. Palabrero/a. Apalabrar (Zebedeo). Palabrazo (Marga). Paja (Herel). Palabro (Granpitufo)

    Sustantivo. Verbo. Adverbio. Artículo. Adjetivo. Pronombre. Preposición. Conjunción. Interjección.

    Nominativo. Vocativo. Acusativo. Genitivo. Dativo. Ablativo.

    Sujeto. Verbo. Predicado. Complemento Directo, Indirecto y Circunstancial.

    (- Perdón, ¿Dónde pongo el Atributo?)

    Lengua. Lenguaje. Idioma. Jerga. Dialecto. Habla. Chapurreo. Jerigonza. Germanía.


    Nota a pie de página I.
    La Santas Palabras, la Palabra de Dios , la palabrita del Niño Jesús (Zebedeo), y las Divinas Palabras (Txabi) quedan excluidas de esta relación porque la amanuense desconfía de su existencia real.

    Nota a pie de página II
    Se continúa admitiendo adiciones, siempre que el adicionador se responsabilice (bajo palabra) de la pertinencia de la inclusión. Si alguna está repetida o mal escrita, señálenla, por favor.
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