• quintadel44: MI BARRIO (II) Las Panaderas.

    sábado, agosto 19, 2006

    MI BARRIO (II) Las Panaderas.

    (Os dije que un día hablaría de ellas).

    Eran tres hermanas solteras, más o menos de mi edad, y además eran lecheras, pasteleras, gordas y las paparazzi del barrio antes de que la palabra existiera en nuestro vocabulario.

    Nos habíamos mudado hacía poco. Las panaderas eran nuestra tabla de salvación porque tenían abierto a todas horas, aunque resultaban un poco gritonas, bastante careras, muy lentas, demasiado cotillas, y a mí me traían por la calle de la amargura:

    -- Qué delgada estás, hija mía: a ver si engordas un poco.

    Siempre, siempre que iba por allí una u otra terminaba por soltarme lo de mis huesos. Era cierto, aunque justo aquella no era mi peor época. Además, ellas estaban más gordas que yo delgada, sin discusión. Qué pesadas.

    Mi marido y mi hijo, en cambio, encantados con lo simpáticas que eran y tal; sabían hasta quién era quién, mientras que yo nunca las llamaba por su nombre porque ni por casualidad acertaría.

    Poco después decidí, tras muchas dudas y cavilaciones, que mi apacible, convencional y aburrido matrimonio había llegado a su desenlace - todo lo que empieza con un enlace corre el riesgo de terminar de esa manera, ¿no? – y mi ex se fue a vivir justo a la misma distancia del colegio de mi hijo pero en dirección opuesta a la que todavía hoy es mi casa.

    Pasaron algunas semanas, y el chiquillo – doce años entonces – se negó un día a bajar a comprar el pan. Sesión de mesa camilla: a ver, qué pasa, nada, sí que pasa, llevas unos días que te haces el loco, sabes que es tu tarea, si, pero prefiero no ir a la panadería, por qué, por nada, venga: por algo será, es que todos los días me preguntan por papá y a mí no me da la gana decirles nada porque ya les he dicho que se ha ido a vivir a otro sitio y me siguen preguntando cosas. Ah, pues no te preocupes, que hoy bajo yo, y a partir de ahora ya no vamos a comprarles nunca más. (No reproduzco mi repertorio de tacos, maldiciones, blasfemias y frases soeces, que solté enterito, porque les supongo imaginación suficiente. Si: delante del niño).

    Las muy guarras a mí no me habían dicho ni mú.

    Era un domingo a eso de las doce o doce y media. Todo el barrio, alma arriba o abajo, allí metido, o en la puerta, de cháchara. No llevaba una estrategia muy concreta, pero más o menos sabía por dónde podían ir los tiros, así que esperé mi turno, pedí la barra, y escuché lo de siempre:

    -- ¡Ayss, hija! Tú siempre tan delgada, incluso más, ¿qué haces para estar en los huesos? Seguro que no comes.

    Ahí estábamos: donde yo quería. Con el público asistente atento a la respuesta, levanté bien la voz, segura de que ese momento marcaría un hito histórico en mi vida:
    -- ¿Quieres de verdad saber lo que hago para estar tan delgada? Justo lo contrario de lo que hacéis vosotras: no acosar a los niños con preguntas sobre la vida de sus padres y ¡Follar mucho!

    Fue en octubre de mil novecientos ochenta y ocho, dos meses más o menos antes de la Gran Huelga.

    37 Comments:

    Blogger Deyector said...

    Al niño le acosarían para sonsacarle, pero a saber qué era lo que largaban luego... qué asco de gente.

    1:21 p. m.  
    Anonymous Anónimo said...

    ¿A esto se refieren cuando hablan del trato humano que se recibe en los comercios de barrio? Pues prefiero los supermercados fríos e impersonales.

    Me has dado una idea para un post sobre la Guardia Civil, personajes siniestros como estos los hay en casi todos los gremios. ¡Miedo me dan!

    Un beso

    1:33 p. m.  
    Blogger Pow said...

    ¿Y te sientes orgullosa de esto? ¿De aleccionar a unas incultas panaderas que ni siquiera fueron capaces de apreciar toda la mordacidad de tus palabras? Venga, por favor... Que hay personas que no merecen que les prestemos tanta atención.
    Y todo esto dicho con la osadía que me confiere mi inmadurez. Y, por supuesto, sin intención de ofender ;-)

    1:44 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Deyector,
    lo que dijeran después no importaba, porque lo mismo podían inventarlo. Son unas pedorras, pero cada vez con menos parroquia.
    Un beso.

    2:31 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Alholva,
    TODOS los gremios tienen su cara y su cruz, no hay que engañarse...
    Un beso.

    2:32 p. m.  
    Anonymous Anónimo said...

    Tendrías que haberles comentado lo de "la dieta del cucurucho". En fin.
    Un saludo.

    3:57 p. m.  
    Blogger Pow said...

    Lo cierto es que después de dejarte este comentario me he sentido un poco culpable. Habitualmente, cuando pienso algo así opto por callarme. Pero esta vez se me ha "escapado". Confío en que no te hayan molestado mis palabras. Es mi forma de pensar, quizá un poco altiva, tal vez demasiado orgullosa, pero qué le vamos a hacer. Así nací y así moriré.

    De cualquier manera, mil perdones si alguna ofensa he cometido.

    (P.D. Tampoco me gusta escribir este tipo de cosas en los comentarios, pero como no he encontrado tu correo...)

    5:34 p. m.  
    Blogger manolotel said...

    Tarde el desenlace eh.
    Con respecto a lo otro, te diré que hay gente muy cruel y muy cobarde. Se merecían más caña.
    Lo mejor de todo es que te enteraste a tiempo porque lo peor de los rumores es que son como los cuernos que eres el último que te enteras. De esta manera todo el mundo se enteró de viva voz lo cotilla que eran.

    5:55 p. m.  
    Blogger manolotel said...

    Tarde el desenlace eh.
    Con respecto a lo otro, te diré que hay gente muy cruel y muy cobarde. Se merecían más caña.
    Lo mejor de todo es que te enteraste a tiempo porque lo peor de los rumores es que son como los cuernos que eres el último que te enteras. De esta manera todo el mundo se enteró de viva voz lo cotilla que eran.

    5:56 p. m.  
    Blogger Marga F. Rosende said...

    Que valiente eres enfrentándote así a la gente. Yo, en mi barrio he sufrido mucho, preocupada por lo que dirían los vecinos acerca de nosotros, tan poco convencionales como somos. Cada día intento vivir más para mí, pero todavía me sigue costando mucho. Que dirán cuando me ven con mis amigos, tan buenos mozos. De mis hijos, con rastas, pelos azules,guapísimos, rebeldes, autores de estupendas letras de hiphop, de mi piano, de mi casa,con puertas decoradas con fieltros de colores, con espejos adornados con billetes de avión y tenedores, de mis modelitos de confección propia, de mis salidas en chandal al gimnasio, etc etc etc.
    Que triste vivir para la opinión de los otros, pero...cada vez menos.
    Un beso, gracias por este maravilloso post.

    6:10 p. m.  
    Anonymous Anónimo said...

    Eulalia...a mi, me ha encantado.

    Esta claro que no las vas a convertir en marquesonas a base de responder con descaro....pero si que viene bien marcar el terreno.

    Besos.

    Ah...y Marga, si hablan, es envidia pura. Con unos hijos como los tuyos, estarian mas satisfechas y con menos lengua viperina.

    7:54 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Cañita Despaña...
    Es que yo como estupendamente...
    Un beso.

    8:57 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Pow,
    Puede que seas algo altivo, pero hasta ahora a mí no me lo has demostrado.
    En cuanto a tus comentarios, creo que nada más sano que soltarlos de la mejor manera posible, aunque hay veces que, también por salud, conviene dar algún bofetón verbal que otro, no sea que el personal se nos suba a las barbas.
    Ay, yo qué sé, cada cual... Pero me ha parecido estupendo lo que me has dicho: es lo que piensas.
    Un beso especial para sanar remordimientos.

    9:02 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Uf, Manolotel,
    No era una peli: era la vida en vivo, y no fue tan malo hasta que empecé a vivirlo así, muy hacia el final...
    De las panaderas, supongo que todos sabíamos cómo eran, pero no teníamos idea del daño que eran capaces de hacer.
    Cada vez tienen menos clientes, por cierto: entre las boutiques del pan y los súper que han ido abriendo...
    Un beso.

    9:08 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Marga,
    no te imagino yo, hoy, preocupada por el qué dirán, aunque, si tú lo dices...
    En cualquier caso, lo que digan de nosotras no es problema, siempre que no afecte directamente a nuestros cachorros, ¿verdad?
    Un besazo.

    9:10 p. m.  
    Blogger Gonzalo Villar Bordones said...

    follar mucho da resultado, pero las tristezas de amor engordan.

    9:12 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Viuda,
    la historia tiene su verdadera dimensión situada en su momento: no sabes lo tímida que yo era -y continúo siendo, por ejemplo, a la hora de hablar en público - pero por encima de la timidez me creció la rabia... Ahora suelto auténticas barbaridades sin que se me mueva un pelo del flequillo cuando la ocasión lo exige.

    Estoy de acuerdo contigo en lo de la envidia a Marga.:)

    9:16 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Ah, Diógenes,
    Cuántas veces me han dado ese consejo, y ya me gustaría saber ponerlo en práctica.
    Con todo, en aquel momento no me importaba lo que dijeran, sino que habían herido a mi niño.
    Un beso.

    9:21 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Gonzalo,
    No siempre, no siempre.
    Ni lo uno, ni lo otro.
    Hay casos, y cosas.
    A mí me da por no comer cuando peno de amores y, en cambio, después de un buen polvo vacío la nevera, ya ves.
    Y nunca engordo.

    9:27 p. m.  
    Blogger Hacker Ético said...

    La gente así no merece que se le preste mucha atención. Sin embargo, tu hijo estaba siendo acosado por esas furcias, así que tuviste que actuar.
    Tu consejo de follar mucho ha sido en vano: el único músculo que parecen capaces de mover es el de la "sin hueso".
    El post es cojonudo, y la experiencia tuvo que ser muy liberadora, muy "orgánica".
    Pásalo bien, y salud!

    1:15 a. m.  
    Blogger Eulalia said...

    ¡Ah, Deivid,
    nada como decir a unas chismosas lo que piensan que quieres ocultar!
    Y, si: fue una experiencia muy orgánica.
    un beso.

    1:25 a. m.  
    Blogger suri kata said...

    Yo me habría limitado a no volver a la panadería, ya ves. Con lo a gusto que se queda uno cuando suelta bilis, y que a mí me dé tanto corte...

    1:29 a. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Suri Kata,
    Una cosa es soltar bilis porque sí, y muy otra poner a la gente en su sitio.
    Esa vez yo junté ambas cosas. Te quedas estupendamente...
    Un beso.

    1:32 a. m.  
    Blogger JOHNNY INGLE said...

    Sí, sí: las panaderías son lugares donde la intimidad queda en entre dicho, igual que las farmacias. A mí me molesta mucho ir a una panadería (o boutique del pan, como se usa ahora). Nunca iría todos los días a comprar pan a un mismo sitio. Eso me puede.
    TAmbién tengo previsto escribir un post sobre mis experiencias con la compra del pan...

    Saludos y pan de molde para todos.

    2:42 a. m.  
    Blogger Patus said...

    Pagaría por ver una foto de la cara de la panandera ante tu respuesta. Bien por tí Eulalia...yo tampoco tolero que se metan con los niños.

    5:22 a. m.  
    Blogger poemasperdidos said...

    Eulalia!!! Que descubrimiento tu blog!!! me encanta, desde la introducción del recuadro hasta los posts que leí hacia abajo! No sé que casualidad me trajo por aquí, pero pienso repetir.
    Un beso,
    Gab

    (p.s. hace tiempo inicié rebelión contra los moldes y las cuadrículas. "Nuestros granos de arena forman playas infinitas"

    10:28 a. m.  
    Blogger Soltaire said...

    MUY BIEN!!, me parece excelente poner en su sito a la gente que parece no percatarse de las consecuencias de su lengua...

    Comprendo perfectamente la situación, soy madre de una niña de 8 años con un padre que JAMÁS fue capaz de ponerse los pantalones con su paternidad...(pronto contaré esa historia, porque se viene un juicio tremendo en el que necesitaré hablar sobre lo que pasa), no digo que tú caso sea igual..., pero sí que entiendo perfectamente cuando "el padre" es un tema y hay que lidiar diariamente con él.

    Al parecer otra cosa más que nos conecta ¿no?

    Un beso grande
    Soltaire

    10:43 a. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Johnny,
    mi farmaceútica es un prodigio de discreción; la panadería a la que voy ahora está atendida por chicas encantadoras que están siempre ocupadísimas, sin tiempo para zarandajas.
    La verdad es que la gente suele ser estupenda, y la excepción son las y los petardos.
    Un beso

    12:00 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Diógenes,
    De todo hay... Me asombra cuando leo noticias sobre niños maltratados ante madres pasivas...
    Un beso.

    Patus,
    me dio tiempo a oir sus balbuceos, porque hasta que me fui no fueron capaces de articular palabra inteligible, y el silencio que se produjo hubiera permitido escuchar el vuelo de una mosca. Fue un momento brutal.
    Un beso

    Poemasperdidos,
    encantada de tenerte por aquí. Gracias por el piropo.
    Un beso

    Soltaire,
    El padre de mi hijo es un tipo estupendo, que no sólo ha cumplido siempre con sus obligaciones de padre, sino que le admiro por su trayectoria vital.
    El único problema entre nosotros es que no nos entendemos.
    Un besito.

    12:12 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Diógenes,
    Intento creer que la pasividad ante el maltrato es producto de una in-cultura de la violencia familiar: el macho domina porque tiene la fuerza bruta, y ejerce su poder maltratando a quien le molesta.
    Un beso

    4:28 p. m.  
    Anonymous Anónimo said...

    Tremendo momento, defendiendo al vastago, que era en el fondo lo que importaba. Como serpientes del libro de la selva, tratando de sacarle y sacarle aprovechando su inocencia y falta de recursos de defensa.. cabronas!
    Te descargaste y les dejaste con la boca abierta, seguro, pero no creo que fuera lo mas efectivo para hundirlas en verguenza publica. Para mi que les diste mas armas entre su parroquia... aunque eso si, quedo bien claro que las mandabas al guano.
    Un ole por tus huevos de madre.

    2:04 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    ¡Ah, Viajero!,
    Hundir en la vergüenza pública a alguien sólo está al alcance de unos cuantos privilegiados como el Juez Garzón.
    Y, si yo tuviera ese poder, volvería a hacer con las panaderas exactamente lo mismo, o quizá pondría una pintada en la puerta del establecimiento, o...No sé: a estas alturas me da igual. O no.
    Gracias por el olé; me pregunto si mi hijo recordará la historia (sin el final, que no le conté con detalles, claro).
    Un beso.

    2:11 p. m.  
    Blogger Marcos Mateu said...

    Muy bueno !!!

    3:13 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Pirate Club,
    Se agradece, se agradece: si fueramos beligerantes con los gilipollas...
    Un beso

    3:17 p. m.  
    Blogger Zifnab said...

    Lástima que no lo grabases. Hoy en día te hubieras forrado. Hace tiempo murió asesinado en mi excasa el portero de la comunidad. Todo el mundo sabía de buena tinta los negocios turbios en los que estaba metido. Me ponía enfermo que me lo comentaran en el ascensor. Resulta que la causa de su muerte fue un psicopata que encontró la puerta de la casa abierta. Nada más. Puse en el tablón de anuncios una fotocopia de la noticia y se lo dedique a los que de buena tinta sabían ensuciar memorias.

    En fin

    Se feliz

    2:01 a. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Mago,
    Si: la maledicencia y el gusto por el morbo vienen de lejos.
    Con todo, cada vez tiene menos influencia en la conducta de la gente.
    Por fortuna.
    Un beso.

    2:22 a. m.  
    Blogger Lula Towanda said...

    Tus panaderas le hacen la competencia a mi quiosquero Antonio. Vaya trío de brujas que os vendían el pan. Estupenda contestación la tuya.

    Recuerdo la Gran Huelga, en dos palabras im presionante.

    10:54 a. m.  

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