1969 EL VIAJE ( II )
Atravesamos toda la Normandía en dirección a Bruselas. Una vez nos llevó durante unos cientos de kilómetros el autor suizo de una canción sobre Manuel Benitez, el Cordobés, empeñado en tararearla para que nos la aprendiéramos. Otro día nos dejaron de noche en lo que parecía ser un bosquecillo idóneo para plantar la tienda, y amanecimos rodeados de chiquillos, en un parque municipal. En camino siempre hacíamos acampada libre y nos lavábamos en las gasolineras. Comíamos baguettes y patés, algo de queso y leche; a veces distraíamos alguna otra cosa en las tiendas, pero con mucha precaución y mucho miedo: no queríamos que nos pusieran en la frontera de los Pirineos antes de tiempo.
Hacer auto-stop requiere oficio: buscar un lugar adecuado para dar tiempo al conductor a vernos de lejos, y que tenga espacio para observarnos mientras disminuye la marcha; que no sea solitario, si hay una gasolinera, mejor. Tambien nosotros debemos observar al posible conductor. Y luego chapurrear algo de francés y algo de inglés, y de ese modo quizá caiga un café y un bocadillo. Tenía su peligro y su encanto.
En Bruselas recalamos en un camping que había en el parque del Atomium, que no me pareció gran cosa, como el resto de la ciudad: húmeda, oscura, tristona salvo en la Plaza del Ayuntamiento y alrededores. Nos invitaron a comer y cenar en casa de una prima de Mariche; le pedí que me dejara bañarme: en el camping sólo había ducha en los lavabos masculinos, y era una odisea tener que esperar a que todo el mundo estuviera dormido para asearme, con Ex de centinela. La ropa que lavábamos no se secaba, y nos costaba demasiado caro aburrirnos, de modo que nos pusimos en camino hacia Amsterdam al día siguiente.
En Amberes, sin saber dónde estábamos - los carteles señalaban Antwërpen, ¿cómo podíamos adivinar que era el nombre de la ciudad en flamenco? - me empeñé en tomar un café con leche. Tenía mono de café con leche: hubiera dado mi vida por una tacita humeante de cafe-con-leche. Ex condescendió, y entramos en lo que nos pareció un lugar aceptable y resultó ser un burdel. Nos cobraron poco por dos servicios con su cafetera, su jarra de leche y su azucarero. Nos miraban más de lo que mirábamos nosotros, algo cohibidos y algo desconcertados por el trajín de parejas que subían y bajaban por una escalera iluminada con bombillas rojas. Quizás esperaban que pidiéramos una habitación.
Amsterdam. Canales, sol radiante, un camping en el Estadio Olímpico, lleno de hippies. Comer era tan caro que sólo pudimos estar tres días. Hicimos cuentas: imposible llegar a Copenhague, tal y como queríamos en un principio. Vagábamos por las calles sintiendo el placer de estar en un lugar tan lejano, tan libre y tan - a mis ojos - opulento: empezaba a tener conciencia de que democracia no sólo eran ideas, sino también bienestar económico, ausencia de penurias. El Ducados se acabó y fumábamos tabaco de pipa que Ex liaba sin dificultad; todavía recuerdo el olor algo empalagoso de las hebras al separarlas para hacer los cigarrillos. Nada de marihuana.
(Puede que Ex no haya sido nunca un gran conversador; pero era calmado, aguantaba con tranquilidad mi malhumor cuando pasaban horas sin que un alma se apiadara de nosotros en carretera, no se impacientaba ni trataba de imponerse cuando teníamos opiniones diferentes y era un consumado experto en levantar la tienda de campaña en los sitios más inconcebibles: una vez nos despertó un enorme tractor al que le estábamos impidiendo la entrada a su sembrado: no había otro lugar sin vallar en kilómetros a la redonda y mi chico había sido capaz de adivinarlo. Me sentía bien a su lado: no necesitaba interpretar ningún papel aunque, bien mirado, a ver quién es la guapa que es capaz de ponerse en reina mora cuando se tira una semana lavándose de mala manera en cualquier fuente, con la melena enredada, comiendo pan, mantequilla y leche y pinchándose las manos para recoger frambuesas, moras y grosellas al borde de las carreteras. Yo no iba de reina, ni él de rey. Me gustaba cómo se tomaba la vida).
Hacer auto-stop requiere oficio: buscar un lugar adecuado para dar tiempo al conductor a vernos de lejos, y que tenga espacio para observarnos mientras disminuye la marcha; que no sea solitario, si hay una gasolinera, mejor. Tambien nosotros debemos observar al posible conductor. Y luego chapurrear algo de francés y algo de inglés, y de ese modo quizá caiga un café y un bocadillo. Tenía su peligro y su encanto.
En Bruselas recalamos en un camping que había en el parque del Atomium, que no me pareció gran cosa, como el resto de la ciudad: húmeda, oscura, tristona salvo en la Plaza del Ayuntamiento y alrededores. Nos invitaron a comer y cenar en casa de una prima de Mariche; le pedí que me dejara bañarme: en el camping sólo había ducha en los lavabos masculinos, y era una odisea tener que esperar a que todo el mundo estuviera dormido para asearme, con Ex de centinela. La ropa que lavábamos no se secaba, y nos costaba demasiado caro aburrirnos, de modo que nos pusimos en camino hacia Amsterdam al día siguiente.
En Amberes, sin saber dónde estábamos - los carteles señalaban Antwërpen, ¿cómo podíamos adivinar que era el nombre de la ciudad en flamenco? - me empeñé en tomar un café con leche. Tenía mono de café con leche: hubiera dado mi vida por una tacita humeante de cafe-con-leche. Ex condescendió, y entramos en lo que nos pareció un lugar aceptable y resultó ser un burdel. Nos cobraron poco por dos servicios con su cafetera, su jarra de leche y su azucarero. Nos miraban más de lo que mirábamos nosotros, algo cohibidos y algo desconcertados por el trajín de parejas que subían y bajaban por una escalera iluminada con bombillas rojas. Quizás esperaban que pidiéramos una habitación.
Amsterdam. Canales, sol radiante, un camping en el Estadio Olímpico, lleno de hippies. Comer era tan caro que sólo pudimos estar tres días. Hicimos cuentas: imposible llegar a Copenhague, tal y como queríamos en un principio. Vagábamos por las calles sintiendo el placer de estar en un lugar tan lejano, tan libre y tan - a mis ojos - opulento: empezaba a tener conciencia de que democracia no sólo eran ideas, sino también bienestar económico, ausencia de penurias. El Ducados se acabó y fumábamos tabaco de pipa que Ex liaba sin dificultad; todavía recuerdo el olor algo empalagoso de las hebras al separarlas para hacer los cigarrillos. Nada de marihuana.
(Puede que Ex no haya sido nunca un gran conversador; pero era calmado, aguantaba con tranquilidad mi malhumor cuando pasaban horas sin que un alma se apiadara de nosotros en carretera, no se impacientaba ni trataba de imponerse cuando teníamos opiniones diferentes y era un consumado experto en levantar la tienda de campaña en los sitios más inconcebibles: una vez nos despertó un enorme tractor al que le estábamos impidiendo la entrada a su sembrado: no había otro lugar sin vallar en kilómetros a la redonda y mi chico había sido capaz de adivinarlo. Me sentía bien a su lado: no necesitaba interpretar ningún papel aunque, bien mirado, a ver quién es la guapa que es capaz de ponerse en reina mora cuando se tira una semana lavándose de mala manera en cualquier fuente, con la melena enredada, comiendo pan, mantequilla y leche y pinchándose las manos para recoger frambuesas, moras y grosellas al borde de las carreteras. Yo no iba de reina, ni él de rey. Me gustaba cómo se tomaba la vida).
39 Comments:
No puedo dejar de sorprenderme con lo infinitamente distintas que han sido tu vida y la de mi madre, llevándoos solamente cinco años (a favor de mi madre, todo hay que decirlo).
Supongo que, a finales de los 60, Andalucía estaba a cientos de miles de kilómetros de Madrid.
Enhorabuena!
Eulalia: Paso de explicar lo comentado ayer: lo que hoy escribes respecto de Ex me hace concluir que, de verdad, en ustedes operó una relación sin synallagma ( tu le agregas si acaso además fue hermosa,pura y una larga serie de etcéteras).
Tu viaje me gusta a mares, espero tu regreso a Madrid.
Un beso y un salud, con güisqui, sin soda.
Solís
El famoso viaje iniciático que representa la incorporación a la cruda realidad y nos hace superar los mitos residuales de la adolescencia. En mi caso, Europa empezó en Palma de Mallorca donde comprendí, a través de ojos extranjeros, lo cerca y lo lejos que los españoles estabamos de la civilización.
qué bonito viaje. me encanta.
Cuanto más leo, más verde me pongo. Y empiezan a volar por mi cabeza esas tonterías de nacer en el tiempo equivocado y de no sé que hago aquí cuando me hubiese gustado vivir allí. Pero se me pasará, ahora las cosas han cambiado, pero todavía se puede viajar con ese glamour. Si uno se lo propone de veras.
MIGUEL BAU:
Los cinco años los interpreto a mi favor, puesto que ya los he vivido :)
En cuanto a vidas diferentes, creo que caúno es caúno...
Un beso.
SOLIS,
Mi relación con Ex fue un pacto de ayuda mutua en toda regla, y a ello puedes añadirle tú todos los términos que se te vayan ocurriendo, incluido el amor.
Un beso.
MANOLOTEL,
Cierto, todo cierto.
Fue duro despertar en Madrid, aunque después del viaje tenía más clara la tarea.
Un beso.
PECA,
Es que yo de mi ex tengo muy poquito malo que recordar. Es un tipo estupendo, lástima que hayamos derivado por pendientes distintas.
Un besito.
AZENA,
En verdad fue un viaje inolvidable, como estoy demostrando.
Un besito.
POW,
Me consta que el viaje de marras puede causar erupciones cutáneas en pleno invierno y con un horario de trabajo de lunes a viernes.
Me consta que fue una época romántica por demás.
Me consta, además, que eres un encanto y que envidiar una vida una vez vivida es un ejercicio de galantería por tu parte.
Merçi
Y un beso.
....pues yo recuerdo una anecdota de otro café con leche.... perdidos por el norte de Palencia, por carreteras de segunda sin encontrar la nacional, decidimos que estando hasta los mismo, pararíamos en el pueblo o bar siguiente a tomarnos un café.... era tarde, anochecía y el bosque por el que iba la carretera no tenía fin.... de repente un claro, se nos hace la boca agua y un letrero de neon, rojo, que dice "Las Ninfas".... votamos, y pasamos de largo.... no volví a ir a la montaña con mayoría femenina.... XDDDD
HUMILDE,
Imagina cuál hubiera sido mi voto. :)
Un beso.
Pues ya se empieza a sentir envidia señorita Eulalia. Envidia sana, pero envidia al fin y al cabo. Me alegro que tenga usted tantas aventuras que contar. Yo prometo hacer algo similar algún día. No se si a título personal o en el propio blog.
Una cafetera.
GAVANIDO,
Su blog, tal y como lo lleva, es una maravilla en sí mismo; en todo caso, si no procede la narración a título personal, debería abrir una bitácora específica: quizá los siglos la recuerden como los nuevos viajes de Gulliver.
Eso sí, no se olvide de enviarme la dirección si decide hacerlo: no me lo perdería por nada.
Un beso.
Querida Eulalia:
Coincido con Gavanido; eso, si ha de existir envidia sana.
Has dicho que te gusta que te lean y vaya si lo hacemos: entro varias veces al día en tu blog y cuando no hay entradas nuevas, o sea todos los días, sufro una pequeña decepción. Pero me repongo, y me curo cuando sigues narrando, pero después, otra vez, el ciclo.
Ahora, estamos (estoy) pendiente de saber por qué, como dices, tú y Ex se deslizaron por distintas pendientes.
Un beso,
Eleuterio.
PD. He vuelto a mirar tu foto y ya no estás tan severa. Tal vez sólo era una culpa mía que quise ver.
CÓNSUL,
(Es curioso cómo pueden resultar de adictivas las bitácoras: a mí me ocurre con la tuya, por más que sepa que más de una vez por semana es tontería).
Ex y yo estuvimos diecinueve años emparejados, de lo cual siempre concluyo que el matrimonio fue un éxito.
Antes de llegar ahí, me detendré:
Demasiadas penas se leen por la red.
Un beso.
a ver cómo se cortan las grosellas, antes de remaduras y justo después de que todavía son verdes, que son acres entonces...
M:
La grosella tiene un color inconfundible cuando ha llegado al punto exacto de maduración.
Aunque, si tienes necesidad de vitaminas, te las comes como las encuentres :)
Un beso, y bienvenido.
¿Había enamoramiento? XD
Mi única salida al extranjero en los 60 fue a Italia, en el verano de 1964, cuando terminé el bachiller. Una excursión de colegiales... Autobús cargado de latas de conserva y embutidos. Y de jovenzuelos sin estrenar en casi todo. ¡Ah, que recuerdos! Besos.
ANÓNIMO:
¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿?????????????????????
Un beso.
YAYO,
eso me recuerda que sí, que algo de comida nos llevamos de Madrid, aunque no soy capaz de recordar qué. :)
No hay nada como compartir recuerdos para que emerjan muchos más.
Un beso.
acabo de visitar tu blog por primera vez, y me gusta tu forma de escribir, su frescura, su fluidez..Felicidades.
Pásate por el mío cuando quieras, estás invitada. y por cierto..Feliz Navidad!! un saludo.MªAngeles.
Que rico está el paté, pero imagino que el paté tomado con tanta frecuencia es tan aborrecible como cualquier otro alimento. Supongo que todo el mundo debería de hacer ese viaje al menos una vez en la vida. Como a la Meca pero con más sentido del humor.
Se feliz
P.D: No hay despedida.
elangeldelasmilvioletas,
Yo también he visitado tu blog, y te he dejado algún comentario.
Besitos.
MAGO,
¿Paté? ¿Paté? ¿Qué es el paté? :D
(Me habías asustado)
Un beso.
un viaje para levar en el alma.
Bonita historia de amor, al margen de lo que para estos personajes es el futuro y para tí ya el pasado.
Es hermoso cuando estás tan bien con alguien que no necesitas ser otra, cuando te aguantan los arranques, o te dan un abrazo que te consuela. No te veo, Lula, como una princesita desvalida, ni de lejos, ya has dado muestras de no serlo, pero hasta a las guerreras nos gusta que de vez en cuando nos saquen las castañas del fuego y ellos ejerzan de "Príncipes" o de "Caballeros Negros" y vengan en nuestro rescate... Pero que no se excedan en este papel, por fa. Que se vuelven empalagosos, jejeje...
En fin que me ha encantado, sobretodo ese momento en el que "distraiais" cosas del supermercado. A veces me sorprendes...
Besitos guapa
UUUUUUUUUUHHH, Amsterdam!!! Jolines, este verano me iba a ir a Amsterdam, pero se torcieron los planes.
UnaS amigas y yo, tenemos la ilusión de hacer un interrail antes de que sea demasiado tarde y el reuma y los dolores de riñones no nos dejen ni movernos., jajaja.
UN GRAN BESIÑO!!!
Ahora mismito me leo la primera parte.
- Ni reina, ni rey ... fundamental en una parejita de "mochileros" mieleros
sin VISA en el bolsillo, pero con ganas de conocer lugares nuevos juntos y compartir experiencias.
En este tipo de viajes no importa el "conford" si no la compañia.
Nada de marihuana ?
:-o
Saludos.
GONZALO,
Ahí se ha quedado: grabaíto por siempre jamás.
Un beso.
ESTHER HHHH
La sorpresa, creo, nos llega no tanto porque lo narrado sea insólito sino porque dice lo que normalmente se calla... Pero yo a estas alturas ya no me apuro por nada, o por casi nada.
Por eso lo cuento, para que sonriáis.
Un beso.
CHANCHISS,
Hazlo en cuanto puedas. Mejor hoy que mañana.
Pero no vayas con tan poco dinero, jamía.
Un besín.
JEJO,
Juro que ni una calada...
Un beso.
Un viaje así hoy es impensable, para que luego digan que estamos mejor.
(no me regañes por no actualizar, que me van a dar las uvas y no tengo tiempo de nada :D)
FLORECILLA,
Hoy el viaje os lo hacéis en coche propio, y no es ni mejor ni peor. Ya hubiéramos querido entonces la democracia que tenemos ahora, por ejemplo, con todos sus defectos...
Y no te regaño, es que tengo mono.
Un besazo.
Aburrimiento y Bruselas siempre parecen ir asociados. Al final me convenceré que es por algo.
Me ha encantado ese paréntesis del final.
Encantador el relato del viaje, y que alivio poder estar al lado de alguien en donde no hay que desempeñar ningún papel. A mí andar haciendo el rol de (lo que sea) me carga y me sorprende que tantas mujeres lo hagan con una innata naturalidad. Hay algunas que al lado de sus parejas son una persona totalmente diferente que cuando están solas.
Oye una pregunta, qué es distraerse? Osea se lo que es la palabra en su sentido normal pero acá la usas como eufemismo de otra cosa "nos distraíamos algo de las tiendas"
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