1962. MI AMIGA.
Mariluz era mi amiga más o menos desde los ocho o nueve años. Rubia de ojos verdes estrábicos, llevó durante toda su infancia unas enormes gafas de montura irrompible que le acarreó el tan cruel como inevitable mote de "gafotas".
A los diecisies ya apuntaba maneras: su padre, taxista, estaba empeñado en que sus cinco hijas aprendieran una profesión que no necesitarían si había suerte y se casaban; sin embargo, las niñas no parecían estar dispuestas a sacrificarse en los estudios: Mariluz, que era la mayor, marcó el camino entrando a trabajar de recepcionista en un laboratorio de productos de belleza.
En el '62 se quitó las gafas, se dejó media melena y comenzó una asombrosa carrera de devoradora de hombres sin despeinarse. En los períodos entre-enfados con mi novio, veía con mis propios ojos como aquella muchacha, con la mirada algo bizqueante aún, piernas ligeramente torcidas y un busto - así se decía entonces - mínimo enloquecía a los chicos. Su secreto: una sexualidad a flor de piel y sin prejuicios. Ella elegía y ella desechaba.
¿Cómo explicarlo?... Si hoy tuviéramos diecisiete años, Mariluz sería una pastillera y yo rata de biblioteca. Nos entendíamos a la perfección, quizá porque cada una tenía lo que le faltaba a la otra. De su mano recorrí cafeterías y antros a los que jamás me hubiera atrevido a entrar sola; de su mano aprendí a maquillarme; de su mano flirteaba, comencé a fumar, a beber, a vestirme para seducir, a pintarme las uñas. No tengo claro qué encontraba ella en mí, pero yo admiraba su ausencia de complejos y su desparpajo.
Mi novio la aborrecía y me tenía prohibido verla. Ya ves. Se casó muy joven con un tipo de fuera de Madrid, guapo y bien situado. La perdí de vista.
En mil novecientos noventa y tantos, yendo un día por Arturo Soria, ví venir de frente a su madre, pero no podía ser, porque aparentaba la misma edad que treinta años atrás. La abordé. Era Mariluz, claro.
Tomamos un café. Se había divorciado y vivía de la pensión que le pasaba el marido. Había renunciado a la custodia de sus hijos. La invité a cenar en casa a la semana siguiente. Estaban también mi hijo y otra amiga.
Nos contó que hacía años había sido abducida por una nave extraterrestre y que desde entonces tenía poderes adivinatorios; Quería a toda costa leernos las cartas del Tarot. Nunca había tenido la mirada tan perdida. Mi hijo no sabía qué cara poner. Mi otra amiga entró al baño y vomitó la cena.
Me dejó su tarjeta: Luz Solitaria y Divina, LSD.
A los diecisies ya apuntaba maneras: su padre, taxista, estaba empeñado en que sus cinco hijas aprendieran una profesión que no necesitarían si había suerte y se casaban; sin embargo, las niñas no parecían estar dispuestas a sacrificarse en los estudios: Mariluz, que era la mayor, marcó el camino entrando a trabajar de recepcionista en un laboratorio de productos de belleza.
En el '62 se quitó las gafas, se dejó media melena y comenzó una asombrosa carrera de devoradora de hombres sin despeinarse. En los períodos entre-enfados con mi novio, veía con mis propios ojos como aquella muchacha, con la mirada algo bizqueante aún, piernas ligeramente torcidas y un busto - así se decía entonces - mínimo enloquecía a los chicos. Su secreto: una sexualidad a flor de piel y sin prejuicios. Ella elegía y ella desechaba.
¿Cómo explicarlo?... Si hoy tuviéramos diecisiete años, Mariluz sería una pastillera y yo rata de biblioteca. Nos entendíamos a la perfección, quizá porque cada una tenía lo que le faltaba a la otra. De su mano recorrí cafeterías y antros a los que jamás me hubiera atrevido a entrar sola; de su mano aprendí a maquillarme; de su mano flirteaba, comencé a fumar, a beber, a vestirme para seducir, a pintarme las uñas. No tengo claro qué encontraba ella en mí, pero yo admiraba su ausencia de complejos y su desparpajo.
Mi novio la aborrecía y me tenía prohibido verla. Ya ves. Se casó muy joven con un tipo de fuera de Madrid, guapo y bien situado. La perdí de vista.
En mil novecientos noventa y tantos, yendo un día por Arturo Soria, ví venir de frente a su madre, pero no podía ser, porque aparentaba la misma edad que treinta años atrás. La abordé. Era Mariluz, claro.
Tomamos un café. Se había divorciado y vivía de la pensión que le pasaba el marido. Había renunciado a la custodia de sus hijos. La invité a cenar en casa a la semana siguiente. Estaban también mi hijo y otra amiga.
Nos contó que hacía años había sido abducida por una nave extraterrestre y que desde entonces tenía poderes adivinatorios; Quería a toda costa leernos las cartas del Tarot. Nunca había tenido la mirada tan perdida. Mi hijo no sabía qué cara poner. Mi otra amiga entró al baño y vomitó la cena.
Me dejó su tarjeta: Luz Solitaria y Divina, LSD.
52 Comments:
¿Y te dejaste leer la buenaventura o eludiste la oferta con maña?
Qué inesperado el final!
Le pusiste un poquitito de ficción, o de verdad así termina el relato?
Es que con lo de devoradora de hombres sin despeinarse, podía verlas a la guía de los antros y a ti conociendo el mundo, pero después la abducción, y los poderes sobrenaturales, quedé PLOP!
Claro, los años a veces nos cambian tanto ... espero no ser abducida más adelante.
Un abrazo!
P.D: Lo del vómito me dio arcadas, pero genial cierre
Distinguidísima Eulalia:
Me apunto el honor de ser el primero en comentar. Ya ves cómo trae más provecho la biblioteca que la disco, es cosa de ver las consecuencias. Y es cosa de ver lo que le ha pasado a tu amiga Mariluz por andar seduciendo sin discriminar: se encontró, seguro, a boca de jarro con un extraterrestre y entre tanta fruición éste le transmitió sus superpoderes; no sea cosa que le hayan instalado un microchip, porque entonces estos seres podrían escuchar todo lo que Mariluz diga y escuche; y en tal caso habrá que andarse con cuidado. La otra posibilidad es que quien Ud. cree su amiga sea en verdad un clon, pero hay un secreto para verificar su identidad: si sigue bizqueando, se trata de la original.
Besos,
Eleuterio
TIPO DE LA BROCHA:
Le saqué el I Ching y se mostró muy interesada, eso sí que lo recuerdo. Le preguntaré a mi hijo o a mi otra amiga.
Un beso.
ROXI:
Por ahí andan los otros dos comensales, que pueden dar fe.
Cuando estuvimos tomando café ya la noté extraña, pero creí que era por la emoción de habernos encontrado.
(No sabes qué cantidad de amigos se quedaron colgados o ya han muerto a causa de las drogas)
Un beso.
CÓNSUL
(Me encanta dirigirme a tí por el cargo: me hago cuenta de que estoy allá)
Mi amiga era mi amiga, pero no era mi amiga, con lo cual, cualquiera de tus hipótesis pueden ser ciertas.
No he vuelto a verla, por si acaso.
Un beso.
Madre mía,
Esto es toda una crónica generacional.
SARAVÁ.
Exactamente, preciosa.
Un beso.
el LSD ha producido algunas de las experiencias más curiosas y algunas de las locuras más penosas. Tenía un amigo (se me cayó de la cama, que lástima) que en su momento había consumido LSD (y fuera de época, pues él ahora cuenta con unos 28 años, aproximadamente). Decía que cuando pasaba su mano por delante de su cara, la veía como en secuencias, como si desgranara el movimiento, no sé si me explico.
Aquí te vendría de perlas Presuntos y su "Como hemos cambiado". Es cierto que el tiempo nos cambia, y cambia a aquellas personas que en su momento creímos la bomba... O simplemente, cambia nuestro punto de vista, vaya uno a saber...
Besitos
Wow, que forma de narrar que tienes!
Medejas de una pieza, porque ya no hallaba buenos antros donde leer y devorarlo todo.
besos.
La Mariluz era una fresca, con todos mis respetos. Responde a un modelo de mujer en vías de extinción, al haberse generalizado determinados comportamientos.
Por cierto, hace tiempo que no sabemos nada de Andrés.
Sigue contándonos cosas así de bien.
Un beso, Eulalia.
Pobrecita, daba la impresion de haber perdido la cabeza despues del divorcio ¿no?
toda la vida junto a un marido que, al final, se divorcia...
¿Medio chapa la señora no?
Un beso
Jope, como se deteriora alguna de la gente que prometía.Y que pena da verlo. A ver si le echó algo a tu otra amiga en la cena, y por eso vomitaba... ;-)
Un besote
Vomitar sanamente es saludable :)
No, en serio, a veces te sorprende el rumbo que toma la vida de algunas personas, pero siempre habrá que buscar las causas y los por qués.
Nunca dejará de sorprenderme las vueltas que da la vida y cómo nos cambia a cada uno de formas tan diferentes. Me imagino que la sorpresa debió ser monumental, yo misma no hubiera sabido qué cara poner y si decir algo o morderme la lengua.
Por eso dicen que a veces es mejor quedarse con el recuerdo que tenemos de lo que fue, porque el tiempo, a veces causa estragos ;)
Un abrazo enorme
Vaya. Una pieza tu amiga. Tengo una experiencia similar con un amigo. Una pena. En fin, qué cosas. Besos.
30 años para no perderse me imagino!
ESTHER H,
Mariluz fue víctima de la ignorancia que sobre ciertas drogas teníamos en la época.
Nos contó que su marido se había divorciado por su negativa a ingresar en un psiquiátrico.
Tremendo.
Un beso.
LAURA HAMMER,
Bienvenida, y gracias por el elogio, que Nunca vienen mal, como las joyas...:)
Un beso.
LINDO DON DIEGO,
Fresca: ese era el adjetivo machista que se aplicaba a las chicas que hacían lo que les daba la gana. :D
De Andrés ya no hablo: igual abro un blog para contar mi presente, y no volveré a cometer el error de darle el nombre.
Bueno, no sé, igual sí.
Un beso.
TOXCATL,
daba la impresión de que el LSD la había dejado hecha papilla, y el divorcio había sido consecuencia, no causa.
Un beso.
Chilanguita,
Tarumba perdida, más bien. Daba angustia ver a la pobre.
Nunca quise dedicarme a la clínica porque soy incapaz de distanciarme de los marrones ajenos, imagina la cena...
Un beso.
Marga,
¡La cantidad de gente de mi generación que se echó a perder, entre unas cosas y otras!
Supongo que toda época tiene sus víctimas.
Un besote
PARA, CREO QUE...
Echar la pota te deja casi siempre el cuerpo como nuevo.
Cuando se trata de un ataque de ansiedad, lo mejor es irte a casa.
En cuanto a por qué la gente tomamos drogas - incluyo las legales - casi estaría dispuesta a afirmar que existe una causa por cada persona...
Un beso.
ISTHAR,
Cuando he vuelto a ver gente de mi infancia o de mi primera juventud, sorpresa ha sido comprobar lo lejana que me resulta, lo cual es bastante lógico, ¿no? :DD
MAIK,
He tenido varias experiencias de gente muy cercana que ha muerto o se ha quedado enganchada a las drogas.
No quiero aventurar nada, pero creo que esas personas, o bien buscaban lo que por su cuenta no eran capaces de encontrar, o bien tenían cierta predisposición.
Una putada, en todo caso.
Un beso.
MARCOS,
fueron más bien treinta años en los que ella "se perdió".
Un beso.
- Supongo que así es la vida .
En algún momento se produce un "clic" y algunos se disparan para arriba y otros para abajo .
Ella igualmente será siendo tu amiga Mariluz ... siempre .
Comprendo a tu amiga. Por la libertad que tuvimos y que ahora no hay. Porque a la chita callando cada vez más mujeres descubren que para vivir bien y heredar una casa propia no tienen más que divorciarse del marido.
Porque las ruinas ajenas -Maik Pimienta lo sabe- son recordatorios para nosotros que nos vienen a advertir: "No sabes qué será de tí mañana". Me aplico el cuento.
Un blogabrazo
JEJO,
Tienes razón: siempre.
Un beso.
JOHNYMEPEINO,
No entiendo bien tu comentario:
Yo no tuve libertad: viví en una dictadura hasta los treinta y un años. Ahora tengo libertad. No es el paraíso, porque es una construcción humana, pero prefiero una democracia en la mano que cien utopías volando (aunque me esfuerzo en trabajar por mejorar lo que tenemos)
Hay hombres que se lamentan de que las mujeres hayan descubierto que pueden ser libres y usar la ley a su favor, cosa que a lo largo de la historia sólo han podido hacer ellos. No te extrañe que algunas sean malas.
Cada época tiene sus drogas y sus víctimas; desgraciadamente, no siempre caen los peores.
Un beso.
Todo un personaje.... ¿no has vuelto a saber de ella??
Un beso grande,
Soltaire
Auauuuuu, sin palabras me dejas, que historia tan hermosa y terrible..
SOLTAIRE,
¿Qué hubieras hecho tú, en mi caso? :(
Un beso.
MANUEL ASTUR,
Sí: es terrible porque es cierta; pero, ¿cómo es que la ves hermosa?
Un beso
Mmmmmm creo que yo hubiera evitado volver a verla, mucho "LSD" junto me intimida...jajajaja
Un beso,
Soltaire
Parece que cruzaros de nuevo, no ha resultado como se podría esperar.
Una situación dificil, sin duda.
Un saludo, Eulalia
Y esas personas tienen cierta magia. Acepto que es una magia incomprensible. Pero en ocasiones me gustaría ser capaz de comprenderla, ser capaz de entenderla aunque fuese tan solo un segundo. Los que no ven la vida con las mismas gafas que los demás son unos privilegiados, aunque haya otros que los llamen locos.
P.D. Hoy estoy soñador, ¡qué le vamos a hacer! Me ha salido la vena idealista...
Pow,
he dicho en otro lado que enseguida comprendí que lo mío no era la clínica.
Las personas que pierden el contacto con la realidad pueden ser muy interesantes desde un punto de vista literario, pero a mí, personalmente, me produce una angustia indecible relacionarme con ellas.
Una cosa es un viaje de cuando en cuando - ¡Ay, si yo estuviera segura de que no me iba a quedar del otro lado! - y muy otra no poder compartir el mundo del otro.
No me parece un privilegio estar condenado a la soledad.
...Y una dosis pequeñita de ensoñación al día no es peligrosa, por cierto :)
Un beso.
Quizá el problema, es la cocina de tu casa.
a una la enliquece y a la otra, bueno.....
GONZALO,
no pienso caer en la trampa de invitarte para que compruebes hasta qué punto soy buena cocinera. :DDD
O sea.
Un beso.
Tengo 17 años y, teniendo en cuenta el final de tu historia, me alegro mucho más de ser más rata de biblioteca que pastillera de discoteca. :-D
TRISTÁN NIEVE,
Como podrás ver si continúas visitando este blog, tampoco yo me dedicaba a los libros full time...
Un beso.
Vaya personaje, y eso que, todos, más o menos, hemos conocido, o de primera mano, o por el entorno cercano, el lisérgico y onírico mundo de los sueños forzados: viajes al país de las maravillas.
Fue el típico viaje sin retorno que ví más de cerca. Supongo que mi hijo tomó buena nota.
Un beso.
Estoy muy de acuerdo contigo y con tu comentario de que este tipo de historias solo son atractivas desde un punto literario y que te causan penas las personas que están condenadas a la soledad. Y como estoy muy de acuerdo sería tontería añadir nada más
Se feliz
Me quedé retrasado y esto que la cosa promete. Tienes uno de los secretos que mas ansiaba, que pasaba por la cabeza de las chicas que me mareaban.
CERILLO
no entiendo tu comentario aunque, si quieres más explicaciones, pide por esa boquita...
Un beso.
Patricia se llamaba la mía, y sí, yo era la monja tamibién.
Pero en este caso terminó de pastillera cocainómana, que es lo que estaba de moda ... parece ser que ha mejorado su status, se ha casado en abril con un camello de alto standing, eso sí ... ya no son los cutres camellos con quienes hacía intercambio de polvos.
Ahora me odia. A ella le va muy bien. Espero que le vaya mejor aún.
GLAUKA,
Qué perversa fascinación nos provocan las chicas malas, ¿verdad?
La chica mala que hay dentro de mí todavía está esperando la oportunidad de manifestarse...
Un beso.
No puedo dejar de leerte, me tienes enganchadísima. Lo de Mari Luz es la bomba!!
:-)
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