• quintadel44: 1949 MI FAMILIA ( II )

    martes, septiembre 12, 2006

    1949 MI FAMILIA ( II )

    Mi madre tiene cuarenta y cinco años, es bajita, morena y gordita; para parecer más alta se hace el peinado Arriba España, poniéndose el crepé encima y luego tapándolo con su pelo y sujetándolo con las horquillas. En verano tiene la piel fresquita y en invierno bien caliente, por eso siempre estoy sentada encima de ella cuando no tiene nada que hacer y habla con las vecinas en el pasillo. También me aúpa a su regazo para darme de comer, porque soy muy melindrosa, y me cuenta historias de cuando estaba en la Argentina y era chacha de una señorita francesa que era amiga de un diplomático, pero como él no podía ir a verla todo el tiempo se iban juntas al cine o al teatro y de viaje, y le regalaba sus vestidos cuando ya no los quería. Mi madre dice siempre que le hubiera gustado quedarse en Buenos Aires porque allí paso los mejores años de su vida, pero mi padre no quiso y la estancia que tenían la vendieron sus cuñados y a saber si les mandaron todo el dinero. Cuando se ponen a hablar de eso siempre terminan riñendo y me tengo que salir al pasillo o irme a casa de los andaluces.

    Mi madre nunca va a Misa pero a mis hermanas las obliga a ir; a mi hermano, no, porque es chico y no hace falta. Cuando empiece a ir al colegio a mí también me va a tocar ir, porque las monjas pasan lista. Tiene mucho genio y cuando se enfada aprieta los dientes y si no está mi hermano tengo que esconderme debajo de su cama para que no me pille, y es que soy malísima y hago cada una que ella no tiene más remedio que decir me cago en la leche gritando y darme azotazos. Menos mal que enseguida se le pasa y me dice anda sal que nos vamos al mercado, pero primero me mete en un barreño y me restriega entera, sobre todo los codos y las rodillas, con jabón y estropajo porque me pongo perdida de estar todo el día por ahí zanganeando, menos mal que este año ya voy a ir al colegio.

    Lo que más le gusta a mi madre es el cine. Vamos dos veces por semana a ver un programa doble; una de las veces se lo podemos decir a mi padre pero la otra no, porque él piensa que a mi madre el cine la pierde, y que eso es gastar el dinero a lo tonto. Hasta ahora he entrado sin pagar porque era pequeña, pero ya no porque se me nota en todo que soy mayor y aunque diga que tengo tres años el portero no traga, por muy delgada que esté. En el invierno, cuando no vamos al cine, jugamos después de la merienda un rato al parchís, a la oca y a las cartas; ya sé jugar a la brisca y al tute, y ella se ríe porque no sé llevar la cuenta de los triunfos que han salido.

    Ahora quiere comprar una radio, que entretiene mucho, pero primero tiene que convencer a mi padre porque es cara aunque la pague a plazos semanales.

    36 Comments:

    Anonymous Anónimo said...

    Eulalia, da la sensación de que vivimos peor ahora que antes, con menos lógica, y mucho menos sentimiento...

    Qué fria resulta la vida de hoy comparada con tu 49....¡¡¡

    12:42 p. m.  
    Blogger Isthar said...

    Es curioso, como cuando uno hace memoria de su vida pasada salen tantos pequeños recuerdos de los que la mayor parte del tiempo no somos del todo conscientes.

    Anda que menudo bicho parece que eras ¿eh? ;)

    Me encanta esta saga de confidencias a media voz...

    12:57 p. m.  
    Blogger Marga F. Rosende said...

    Ya sabemos de donde ha sacado Doña Eulalia el genio y suponemos que la figura.
    Un besote

    1:36 p. m.  
    Blogger Alvaro Bode said...

    Un placer conocerlas a la sdos un poquito más :D

    Un besin!

    1:58 p. m.  
    Blogger Viejito Cibernetico said...

    Chiquilla

    Usted me obliga!.
    Va a mi block y me cuestiona, del por qué yo me refiero tanto a mi edad... y usted pa' más remate escribe esas cosas de tiempos lejanos, y lo escribe tan lindo que no queda más remedio que decir:

    Todo tiempo pasado fue mejor.

    Ve que me obliga.

    El viejito (obligado)

    4:06 p. m.  
    Blogger El Tipo de la Brocha said...

    Con cada nueva entrada que escribes, Eulalia, más me alegro de que te decidieras a hablarnos sobre tu vida pasada.

    4:40 p. m.  
    Blogger Para, creo que voy a vomitar said...

    Es una madre madre la tuya.

    9:39 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Viuda,
    fíjate que a mi no me da ni nostalgia ni nada; es una cosa rara: me acuerdo y ya está.
    No lo echo de menos ni me parece que lo de entonces fuera mejor para nada. Era lo que había.
    Un beso.

    9:54 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Varo,
    el placer es mío. Y, si mi madre viviera, estoy segura de que no aceptaría quedarse al margen de Internet, menuda era pa sus cosas. Ya tendré ocasión de contaros alguna historia que lo demuestre...
    Un beso

    9:56 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Viejitos,
    No hay viejito que no lo sea a la fuerza.
    Cualquiera tiempo pasado no fue mejor, ni siquiera para los que entonces éramos más jóvenes, no me sea ahora tan tópico.
    Gracias por decir que lo cuento lindo: recordar sólo merece la pena cuando no hace daño...
    Un beso, y no se me enfade cuando le cuestiono: es que me parece que usted presume demasiado, sólo para que le hagamos mimos y carantoñas cibernéticas...

    10:00 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Tipo de la brocha.
    Yo creo que os eché un órdago; veremos quien se cansa primero, si vosotros o yo, aunque no pienso ir más allá del 49, creo que tendréis suficiente ración...
    Un beso.

    10:01 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Para, creo que...

    Mi madre, además de madre, era una mujer con una inteligencia natural que la vida le obligó a utilizar para sobrevivir de la mejor manera posible; quién sabe a dónde hubiera podido llegar en las condiciones económicas, sociales y políticas actuales...

    Pero, si: era madre, y como tal actuaba, ¡vaya si actuaba, la jodía!
    Un beso

    10:04 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Roque,

    Estoy contigo: creo que quienes lo ven así es porque se asustan de que el tiempo transcurrido es mayor que el que queda por vivir, o porque creen que ya vivieron todo lo que la vida podría ofrecerles, o simplemente tienen horror al vacio que se acerca.
    No sé. Yo nunca me he divertido tanto como ahora, a pesar de todos los pesares...
    Un beso.

    10:31 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Marga,
    Saqué el genio, quién lo duda; pero en absoluto la figura: he oscilado toda mi vida entre la talla 36 y la 40 (salvo embarazo), soy como diez centímetros más alta de lo que ella era.

    Y he adquirido de no sé quién la capacidad de rebelarme ante cualquier atentado a mi libertad que no venga justificado por el bien común.

    Ella transigió demasiado, en mi opinión. Tuvo la ocasión y el momento de ser más libre, y no se atrevió. No la juzgo, pero elegí no ser como ella (que es lo que cualquier hija bien nacida debe hacer para honrar a su madre, me parece...)

    Uffffffffff, qué a gusto me he quedado...

    Un beso.

    10:38 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Isthar,

    Es cierto que cuando me pongo a escribir recreo la escena, y lo único que tengo que hacer es ir describiendo lo que está ahí dentro, qué cosas.

    Y, si: era un bicho malo: me escapaba a la calle, me metía en casa de todos los vecinos, hacía mal los recados, decía "jolín" y "jopé" y "no me da la gana" con una soltura que me costaba lo mío, no creas: todas y cada una de las que hice y se supo que las hice las pagué, aunque, ¿y las que hice sin que nadie se enterara, eh?, ¿y lo que me divertí, qué? :DD

    Un beso, niña.

    10:42 p. m.  
    Blogger manolotel said...

    Sigues despertando nuestro interés con esa pintura al pastel, tomada del natural aunque a veces aparecen esos intensos brochazos llenos de pintura que recuerdan a los impresionistas.

    El relato va fluyendo de una forma serena, en el mismo tono sin despegarse del estilo de anteriores capitulos conformando en conjunto, al menos hasta ahora, una muy buena narración . Besote

    11:42 p. m.  
    Blogger Soltaire said...

    Eulalia, no he tenido mucho tiempo para dejarte mensajes ahora último (seguro que ni lo has notado con tantas visitas que tienes :)), pero sólo te cuento que estoy aquí, que sigo tus historias y me entretienen mucho...

    Un beso grande y me alegro que estés pasando un buen tiempo con ese hombre que tanto amas, tu hijo.
    Soltaire

    5:24 a. m.  
    Blogger Chilanga said...

    Espero que leamos sobre las travesurillas que hacías de pequeña ;)por lo que cuentas supongo que eras un pingo.

    ¡Qué envidia lo del cine!, mi madre casi nunca me llevaba, es mas hasta me acuerdo las películas que me llevó a ver de tan poquitas que fueron :(

    ----

    No me has podido comentar porque no he abierto comentarios en los post, es mas una razón de tiempo, me gusta responderles a los que me comentan, y ultimamente no había tenido tiempo de contestarles, y he preferido cerrar los comentarios antes que seguir siendo descortés.

    Muchos besos

    7:17 a. m.  
    Anonymous Anónimo said...

    No fue mejor, aquel pasado, fue el que fue, como muy bien dices. Creo que en alguna parte leí que no se tiene nostalgia del pasado, sinó del futuro que teníamos en el pasado. Por cierto, la presencia del cine, y de los cines de barrio, en aquellos años, fue importantísima.

    7:35 a. m.  
    Blogger Elena Sarrión said...

    Me encanta cómo cuentas estos recuerdos de tu infancia, te lo he dicho ya ¿verdad? Y estoy de acuerdo en eso que le dices al viejito de que recordar sólo vale la pena cuando no hace daño. Se nota por cómo lo cuentas que disfrutas escribiendo estas historias, aunque no sé si tanto como nosotros leyéndolas.
    Un beso

    9:03 a. m.  
    Blogger Yayo Salva said...

    Es un paisaje tan familiar...
    Un beso desde Alemania.

    10:04 a. m.  
    Blogger El Aviador Capotado said...

    Dime que la radio fue de cretona.
    Confírmame que el olor a lavanda
    que destila lo que escribes,
    era el perfume de tus tardes de domingo.
    Que el suelo del cine estaba lleno
    de cáscaras de pipas de girasol.
    Que te perdías en el paraíso
    del tablero de juego de la oca.
    Reconfírmame todo esto y...
    dormiré las múltiples cervezas de esta noche.
    Soñando con Eulalia.

    Un beso.

    10:22 a. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Manolotel,
    Me das un alegrón cada vez que apareces por aquí.
    Me encantan los elogios. Sois vosotros quienes vais modulando el relato con vuestros comentarios, por aquello del feed back que dicen los ejecutivos y los psicólogos de las escuelas norteamericanas e inglesas.
    Es como si estuviéramos todos en un café, cada tarde, haciendo una tertulia.
    Un beso de salud.

    12:15 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Soltaire,
    gracias por las visitas. Os tengo un poco desatendidos porque, entre escribir las historias y contestaros, se me va el tiempo libre.
    Hoy mi hijo a ido a buscar a su novia a Alicante (vuelo barato), y después iremos a la playa...
    Un beso.

    12:17 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Chilanga,
    Ahora lo entiendo, creí que era cosa de mi falta de soltura en los blogs.
    La palabra "pingo" la usaba mucho mi madre para definirme, pero ya cuando era un poco mayor: quería decir con ella que no paraba en casa ni un momento, pero no por cuestiones serias...

    12:19 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    júlia,
    El cine en las ciudades grandes era la única diversión medianamente cultural que teníamos, sin olvidar la radio, por supuesto, solo que las películas nos hablaban de un mundo fuera de nuestras fronteras: fue trascendental en nuestra educación.
    ¡Ah!, y la frase sobre la nostalgia la suscribo en todas sus letras.
    (Por eso no tengo nostalgia de aquel futuro que me esperaba: fue y es mucho mejor de lo previsto).

    12:23 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    A Silent...
    Disfruto como una loca escribiendo y leyendo vuestras respuestas a algo tan sencillo y tan común: son dos placeres diferentes, pero complementarios.
    Gracias por decirme esas cosas tan lindas.
    Un beso.

    12:25 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Yayo,
    Claro que tiene que resultarte familiar. Espero que tu no seas de los que consideras que todo, menos Franco, era mejor entonces...
    Un beso, y pásalo bien

    12:27 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Aviador,
    ¿No lo oyes, no lo hueles, no lo escuchas, no lo ves?
    Claro que fue tan lentamente así.
    Un beso.

    12:35 p. m.  
    Blogger Zifnab said...

    Dan ganas de sentarse en su regazo si

    :-D

    Me haces sonreir

    Se feliz

    5:56 p. m.  
    Blogger Toxcatl said...

    Hay que ver!!! me despisto un par de dias y te me pones a contar y a contar... ¡con lo que me gusta seguirte, reina!!
    besos y sigue, me encantan estas historias (a mi nunca nunca nunca me contaron nada de estas cosas)

    9:14 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Mago,
    tenía el punto de las mamás rollizas sin llegar a la gordura excesiva, y era tan confortable cuando se dejaba...

    Me encanta provocar tu sonrisa.

    4:00 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Toxcalt,
    Mi madre era una narradora nata, e iba improvisando según el día y el humor.
    Hay historias que aún no sé si son verdaderas o se las inventó; pregunto a mis hermanas y tampoco lo saben: sólo podemos determinarlo si nuestras versiones mantienen cierta similitud, aunque cambien los detalles; entonces, por consenso decidimos la mentira o la verdad.
    Así es la vida.
    Un b eso

    4:04 p. m.  
    Blogger Roxi said...

    El programa doble de cine!!! Qué recuerdo me trajiste Eulalia, acá con tantos supercines multisala eso ya no existe, pero recuerdo perfectamente que en Stgo. centro había un rotativo a donde de muy pequeña mi mamá nos llevaba a ver pelis, siempre llegábamos tarde, pero como era rotativo después nos quedábamos a ver el inicio.
    Un abrazo, el 6 de octubre me voy a conocer la ciudad tan querida por tu madre.
    Besos

    4:23 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Roxi,
    El rotativo aquí se llamaba "sesión contínua" y también nos quedábamos a ver el principio si habíamos llegado tarde. No sé si en alguna pequeña ciudad quedará algún cine de ese tipo, aunque lo dudo...
    ¡Buen viaje a Bs. Aires, preciosa!
    Un beso.

    6:21 p. m.  
    Blogger Hacker Ético said...

    Me impresiona la frescura con que relatas todo, como si fuese ayer!
    un beso

    5:41 p. m.  

    Publicar un comentario

    << Home

    ecoestadistica.com Creative Commons License
    Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.