QUÉ COSAS
Estos días, durante la tensa espera, he coincidido varias veces con mi ex.
Nuestra relación, en los dieciocho años de separación, ha consistido en conversaciones telefónicas diarias mientras mi hijo era menor, y algunos encuentros ocasionales, la mayor parte de las veces por pura casualidad.
Hace dos años coincidimos en una manifestación. No le reconocí. Yo fui la primera en sorprenderme: es el padre de mi hijo, estuve muchos años enamorada de él y, aunque fui yo quien rompió la relación, sufrí con su desamor, le eché de menos durante mucho tiempo, dudé sobre lo acertado de mi decisión, quise mantener una amistad que él rechazó, me sentí culpable por el fracaso de todo un proyecto de vida, pensé que había desistido sin luchar lo suficiente, que había sido egoísta y frívola.
Ahora que me he encontrado a solas con él, sin testigos atentos que pudieran falsear la situación; que he podido observarle en sus relaciones con otros amigos, en sus reacciones ante el dolor ajeno, he entendido definitivamente que hice lo debido.
No se trata de juzgarle, sino de explicaros lo que he sentido.
Y he sentido que mi vida con él hubiera sido una falsedad absoluta. Que él no hubiera roto el vínculo por puro convencionalismo. Que hubiéramos sido una pareja feliz al modo tradicional, sin escándalos ni maltrato ni malas palabras ni alegrías ni pasión ni relaciones sexuales ni más historia que un viaje en verano y dónde hubiéramos comprado la segunda residencia.
He hecho un repaso de lo vivido desde el '88 acá. Nada hubiera sido posible a su lado.
Y, aunque resulte irónico y no tenga necesidad de decirlo, confieso que, además, hoy por hoy no le hubiera dirigido una segunda mirada si no supiera quién es.
Nuestra relación, en los dieciocho años de separación, ha consistido en conversaciones telefónicas diarias mientras mi hijo era menor, y algunos encuentros ocasionales, la mayor parte de las veces por pura casualidad.
Hace dos años coincidimos en una manifestación. No le reconocí. Yo fui la primera en sorprenderme: es el padre de mi hijo, estuve muchos años enamorada de él y, aunque fui yo quien rompió la relación, sufrí con su desamor, le eché de menos durante mucho tiempo, dudé sobre lo acertado de mi decisión, quise mantener una amistad que él rechazó, me sentí culpable por el fracaso de todo un proyecto de vida, pensé que había desistido sin luchar lo suficiente, que había sido egoísta y frívola.
Ahora que me he encontrado a solas con él, sin testigos atentos que pudieran falsear la situación; que he podido observarle en sus relaciones con otros amigos, en sus reacciones ante el dolor ajeno, he entendido definitivamente que hice lo debido.
No se trata de juzgarle, sino de explicaros lo que he sentido.
Y he sentido que mi vida con él hubiera sido una falsedad absoluta. Que él no hubiera roto el vínculo por puro convencionalismo. Que hubiéramos sido una pareja feliz al modo tradicional, sin escándalos ni maltrato ni malas palabras ni alegrías ni pasión ni relaciones sexuales ni más historia que un viaje en verano y dónde hubiéramos comprado la segunda residencia.
He hecho un repaso de lo vivido desde el '88 acá. Nada hubiera sido posible a su lado.
Y, aunque resulte irónico y no tenga necesidad de decirlo, confieso que, además, hoy por hoy no le hubiera dirigido una segunda mirada si no supiera quién es.
21 Comments:
Y aparte ahora tienes a Andrés que es un suertudote ;)
Un beso.
Eulalia, tu ex se lo perdió en su día y ¡mira todo lo que has ganado tu!!!
Yo no sé mucho de estas cosas, pero creo que no hay que arrepentirse de nada, sino aprender de lo pasado, de las experiencias.
Yo ahora vivo una experiencia un tanto extraña en el que los padres de mi novio están separados en la misma casa: no duermen juntos (ella descansa en el salón), no hablan, no se miran, utilizan la cocina y comen por turnos. Su padre parece un inquilino, no se habla con ninguno de ellos, siempre está metido en su habitación pintando cuadros, solo sale para comer e ir a trabajar. Parece un cautivo en su propia casa. Simplemente tiene que salir de la habitación y hablar con su familia. Siento pena por él, que no sepa aprobechar el cariño que le pueden dar sus hijos, ya no su esposa sino se quieren, pero sus hijos...
Eso sí que es triste ¡Y absurdo!
Yo antes de llegar a esa situación, prefiero separarme. Pienso que hiciste bien, si en su momento creiste (aunq luego dudases) que esa historia debía concluir.
Un beso.
Hiciste bien en no conformarte con lo que te deparaba la vida. A veces hay que rebelarse, coger las riendas y marchar por otro camino.
A ti creo, aunque no te conozco, te ha llevado a mejor puerto, no?
Chilanga,
Si no hubiera "aparecido" Andrés, también sentiría que había hecho lo adecuado...
Un beso, mi chica
Toxcatl,
quiero pensar que mi ex también ganó; siempre se gana cuando rompes un vínculo que está vacío por dentro.
Un besito.
Chanchiss,
Muchas veces son los asuntos económicos los que impiden que los matrimonios decidan divorciarse; unos lo llevan con más elegancia que otros...
Un beso, niña
Para, creo que...
Al menos, navego en mi propio barco y soy yo quien decide el rumbo :-DD
Un beso
Hay que hacerlo así!!
Me encanta esta reflexión desde el afectuoso desapego. Son las más atinadas chatina.
Un beso
Hey, Eu, de que planeta llegaste?, con tu edad y tu modo de pensar deduzco que has tenido que pasar muy malos tragos en esta vida por culpa de la incomprension...
Siento lo de Fewis...nunca he visto morir a un buen amigo, tiene que ser duro...
Aunque muchas veces no es necesario, !cómo agradece cuando el tiempo acaba por darle la razón!, ¿verdad?
Besos.
Sí, muchas veces es el elemento economico el que no permite separarse a una pareja rota, de echo es la hipotesis que sostenía yo al principio de conocerles. Pero no es el caso de ellos.
Un besazo enorme.
Manuel h,
¡Quién sabe!, Supongo que para cada quien hay una manera de hacer las cosas; en cualquier caso, es imprescindible no supeditar tu vida a los proyectos de otro, ni mantener ficciones absurdas por el aquél de los hijos y demás...
Un beso.
Marga,
La física es dura, pero ya decía Machado aquello de "la soledad de dos en compañía"... Uffff
Un beso, y gracias por tu cariño.
Manuel Astur,
Bueeeeeeeno, en el fondo, quizá es que me va la marcha. O que, si algo aborrezco, es la ausencia de verdad.Vete a saber.
Un beso.
Aldara,
Estoy pensando en contaros una historia mucho más demostrativa... Creo que lo haré. Un beso.
Chanchiss,
O el miedo a la soledad, o el miedo al desorden, o el miedo a que. Cualquiera sabe...
Un beso, peque.
Me sirven mucho tus palabras, muchísimo. Incluso ese último párrafo, seco pero sincero: seguro que me serviríam mucho más que las que yo he acabado escuchando de unos labios que decidieron separarse de mí tras un tiempo.
Muchas gracias por tus líneas, aquí y allí.
Sergi
Sergisonic,
a veces tiene que pasar mucho, mucho tiempo antes de poder tomar perspectiva.
Una cosa sí está clara: la vida te da más oportunidades si tienes ganas...
Un beso.
Eulalia, observo (ya sin sorpresa) que los convencionalismos no son lo tuyo. Supongo que establecer la diferencia siempre viene bien para hacer de este mundo un lugar menos gris.
Tipo de la Brocha,
A veces me gustaría ser más normalita, hijo; pero no lo he sido nunca y continúo sin serlo, por más que me haya costado lo mío...
Un besín.
Pues esta es una de esas cosas que lees y callas porque no tienes nada interesante que añadir salvo lo de que tomas nota y lo de que resulta que es posible
Se feliz
Mago,
me da que tú, por escrito, no te callas ni apostando.
A la prueba me remito :D
Un beso.
Sin que sea comparable, a mí me pasa lo mismo con mi ex mjer. Solo que en mi caso se extrapola hasta racanear las miradas hacia cualquier otra fémina aparte de ella.
Es curioso como uno no se da cuenta cuando está en medio del fregao y después lo ve todo tan claro...
Esperanza me da leerte. Gracias.
Pow,
es curioso, sí: lo de las relaciones de pareja tiene harta capacidad para cegar al más lúcido.
No tiene remedio...
Un beso.
Glauka,
me alegra: cuando tú has sido quien ha promovido la separación, es difícil no sentirte culpable, aunque no hayas hecho más que hacer público algo que ya venía de atrás.
Tiene bemoles.
Un beso.
Leo este post y comparo datos de tu biografía con los de la mía. Estuviste 18 años casada, de los 26 a los 44. Mi ex ha estado emparejada conmigo 17 años, de los 33 a los 50; casi el mismo tiempo, aunque esa etapa la pilló algo mayor que tú. Hace casi dos que estamos separados. Hay un hijo, pero ya es mayor (tiene 21) y su
vida no nos da para conversaciones telefónicas diarias. Aun así, la relación de momento sigue siendo muy estrecha y, pese a heridas aun no cerradas, cariñosa. No me gustaría que nuestra relación se disolviera, desapareciera.
Fue ella la que rompió nuestra relación, aunque sé que me amaba y me sigue amando (también yo a ella). Yo sí luché, no quería que nuestra pareja acabara; pero, pasado medio año me di cuenta de que era para bien (en fin, es complicado y tampoco viene ahora a cuento explicarlo).
Ahora sé que ella hizo lo debido. Que, salvo que hubiéramos precipitado algo que parecía que ninguno de los dos éramos capaces de hacer, seguramente habríamos seguido juntos “al modo tradicional, sin escándalos ni maltrato ni malas palabras ni alegrías ni pasión ni relaciones sexuales ni más historia que un viaje en verano y ...” Y ella tuvo el valor, ya que no de forzar la catarsis que necesitábamos, de negarse a ese futuro.
Aun así, siento que nuestra historia común (ya no como pareja pero sí como dos personas que han de compartir partes de sus próximos caminos) no está acabada. No me gustaría que lo estuviera (y creo que a ella tampoco). Y, desde luego, no me gustaría que dentro de unos años pudiéramos cruzarnos sin reconocernos, o que para ella no merezca una segunda mirada. Aunque, quién sabe ...
PS: Hoy he descubierto tu blog y me estás entusiasmando.
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