• quintadel44: SE HA MUERTO LA ROSARITO

    viernes, septiembre 29, 2006

    SE HA MUERTO LA ROSARITO

    De la noche a la mañana, se ha muerto la Rosarito. Todo el mundo sabíamos que estaba tísica: por eso no salía de casa a jugar y ya ni iba al colegio siquiera, pero cuando preguntaban a su madre por ella siempre decía que estaba mejor. De todos modos la señora Rosario no es de muchas palabras: en verano nunca baja a tomar el fresco a la calle ni se la ve hablar con otras vecinas ni nada, siempre con la Rosarito y el Pedrito, que tiene doce años o así y es un guarro, por mucho que su madre se empeñe en llevarlo arreglado como a ellas dos.

    La Señora Rosario es viuda de cuando la guerra, pero no es viuda de guerra; la diferencia está en que a su marido lo mataron en un bombardeo aquí en Madrid; por eso no tiene pensión y limpia casas, aunque sabemos que antes tenían posibles. La verdad es que siempre va con aspecto de señora de verdad, aunque lleve medias gordas zurcidas.

    Me da apuro decirlo, ahora que está muerta, pero a mí la Rosarito no me caía nada bien, porque se hacía la interesante y nunca bajaba a jugar a la calle ni cantaba por las escaleras ni se ponía con la manta en el pasillo a dormir la siesta en el verano. Mi hermana Pili dice que era porque ya llevaba mucho tiempo anémica perdida, pero que no le habían detectado la tuberculosis hasta este año.

    A la hora de comer mi madre ha dicho a mis hermanos que subieran a dar el pésame, y como a mí no me ha dicho que no, también he subido, porque me daba curiosidad de cómo sería una niña muerta y nunca me quieren llevar a los velatorios.

    El comedor de la señora Rosario es más pequeño que el nuestro, aunque tiene más luz porque da a los jardines de las casas de los funcionarios. Habían retirado la mesa y el ataud, que era blanco, ocupaba casi toda la habitación: sólo quedaba sitio para tres sillas a un lado y tres a otro. Cuando entramos el Pedrito estaba muy serio comiendo un trozo de pan con aceite y pimentón y con las prisas de llevarlo a la cocina se le cayeron unas gotas por el suelo que luego casi se descuerna al volver.

    La Rosarito estaba en el ataud vestida de comunión, con el rosario y el libro entre las manos, los ojos cerrados y la cara tan blanca que no parecía ella; su mamá estaba al lado, vestida de negro y como ida. Había otras dos vecinas rezando el rosario. Mi hermana primero ha saludado como una persona mayor y luego se ha sentado en una de las sillas. Mi hermano le ha dado la mano a la señora Rosario sin decir palabra y luego se ha quedado de pie al lado de la puerta.

    Yo me he ido corriendo, y cuando he llegado a casa mi madre se ha dado cuenta de dónde venía y me ha dicho

    - ¿Ves? Por meter la nariz donde no te llaman.

    17 Comments:

    Anonymous Anónimo said...

    La tuberculosis imponía un respeto... Para mi madre todavía es tabú.

    Yo todavía guardo en el recuerdo a Donugenio (Don Eugenio) en el ataud. Donugenio era un magnífico sacerdote que murió de un ataque al corazón y al que todos teníamos mucho cariño.

    Por eso, cuando murió un compañero de trabajo que era vecino, no quise entrar a verlo. Me afectó muchísimo. Meses después murió la vecina de 28 años, amiga de mi mujer. Huímos del bloque de pisos.

    7:18 p. m.  
    Blogger El Tipo de la Brocha said...

    De buena nos libramos todos los de las generaciones posteriores.

    8:03 p. m.  
    Blogger Zebedeo said...

    La muerte no impresiona tanto (estamos acostumbrados todos los días a oir han muerto tantas personas), lo que impresionan son los cadáveres.

    9:15 p. m.  
    Blogger Soltaire said...

    Cuando era chica un tío mío murió, no por enfermedad sino por un accidente, pero el tema no es ese, sino que el punto es que a mí tampoco me dejaron ir a sus funerales porque "no es un lugar para niños", y hasta el día de hoy creo que eso me hizo falta, porque después de todo los funerales y esas cosas son ritos que ayudan a cerrar círculos, a procesar duelos, creo que son importantes y es importante enseñar a los niños a vivirlos.

    Un beso grande,
    Soltaire

    9:59 p. m.  
    Blogger Achi said...

    Mi padre murió, vi la transformación pero no el cadáver. Sentada frente a él, le seguía besando en la frente como si estuviese dormido, pero estaba frío. No era impresionante, lo impresionante es que no podía creer que nunca más volviese a hablar con él.

    He visto algunos cadáveres en la mesa de evisceración. No impresionan, al principio sientes respeto, luego asimilas que es un trabajo, lo impresionante es el cuerpo humano por dentro. jijijiji

    Los cadáveres no impresionan si no conoces a la persona.

    BESOS

    10:07 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Propagandhi,
    Tienes razón, no es la muerte: son los cadáveres. Aquel cadáver me pareció algo maligno que podía contagiarme qué sé yo qué.
    Un beso.

    Tipo de la Brocha:
    De buena nos libramos todos los que vamos viviendo hasta una edad, digamos, aceptable. La mortalidad infantil se ha reducido fantásticamente; ahora habría que dedicarle un poco de prevención a la mortalidad de la gente joven (accidentes, drogas).
    Un beso.

    Zebedeo,
    Hay quien enferma con la idea de la muerte, pero para mí es un cadáver es lo inaceptable, como tú dices.
    Un beso.

    Soltaire,
    Tendría que haber una teoría sobre la educación para la muerte, que aún está por elaborar, me parece.
    Yo odio los velatorios, los funerales, los entierros, los pésames y toda la tramoya inherente, y sin embargo no se puede decir que no haya presenciado desde pequeña ese ceremonial...
    Un beso.

    Chanchiss,
    Ese es el sentimiento: la incredulidad.
    La aceptación viene después; y el duelo se supera, con suerte.
    Un beso.

    10:58 p. m.  
    Blogger JeJo said...

    - Ok ok ... me has retado ! . Solo era una sugerencia , nada más . No volveré a tocar el tema . discúlpame .
    ............

    12:27 a. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Jejo...:(
    No te habrás enfadado, ¿verdad?
    Es que...
    Bueno: ya te lo contaré.
    Un beso.

    1:39 a. m.  
    Blogger Patus said...

    Yo preferiría que se velara a cajón cerrado como hacen los judíos...es muy fuerte quedarse con la imagen del cadáver de un ser querido...
    Muy lindo el relato.
    Un abrazo

    2:50 a. m.  
    Blogger JeJo said...

    - Por supuesto que no me enojé .
    Solo sugería un recuerdo de alguna canción de esa época . Me parece que la música también cuenta historias ...
    Pero claro , es Tu Historia .
    Y ya basta con el tema que estamos de velorio ...
    je je je ...

    Saludos .

    4:19 a. m.  
    Blogger Toxcatl said...

    Si, estoy con patus, es mejor velar a cajón cerrado por que si no luego te queda un nosequé...

    De todas formas, yo _tambien_ habria ido a ver a la niña (curiosidad que se llama)

    10:10 a. m.  
    Anonymous Anónimo said...

    Eulalia....impresiona pensar que se pudiera velar un cuerpo en el salón....

    Y si...yo tb prefiero no ver a nadie sin vida. Creo que te quedas con esa imagen.

    Suelo esquivarla, el unico que ví estaba amortajado con el hábito de una cofradia de Semana Santa...y me dejo helada¡¡¡¡
    Me paso como a tí, por meter las narices donde no te llaman¡¡¡¡

    10:21 a. m.  
    Blogger El Aviador Capotado said...

    He velado demasiados muertos. En mi pueblo era casi obligatorio. Abuelos, tíos, un primo. Seis amigos suicidas a lo largo de los años. Carmen (a la que tanto quise) murió en mis brazos.
    Pero no me atreví ver a mi padre muerto. Tenía miedo de verme a mí mismo en su rostro.

    10:55 a. m.  
    Blogger Chilanga said...

    Pues a mi esto del tema de la muerte me pone mal, no se porque, pero a mi me da mucha cosa, será porque tengo miedo de morir o que muera la gente a la que amo, no se, pero me pone mal.

    Te dejo un besito

    11:14 a. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Patus,
    yo no sé qué se debe hacer cuando alguien se muere. Los tanatorios de las ciudades me parecen bastante apañados: el muerto está ahi, detrás de un biombo; si quieres lo ves, y si quieres te quedas fuera, acompañando a los familiares. Es un rito más..., menos...
    En fin.
    Un beso.

    Jejo,
    :-DDDDDDD
    Lo haré, lo hare. Cuando mi madre compre la radio.
    Un beso.

    Toxcatl,
    No creas que he visto muchos más muertos: mi padre, mi hermano y mi madre, creo yo.
    Mi hermano murió delante de mí, y estaba tan cansada de no dormir sus últimas noches, sabiendo que moría, que sólo fui capaz de pensar "Ya está". Qué horrible.
    Un beso.

    Viuda,
    aquello no era un salón: era un cuchitril tan chico que parecía una tumba encalada, un cuadro de Solana con el rostro azul pálido de la niña en el centro...
    Hay quien se toma a mal que no veas a SU muerto...
    Un beso.


    Aviador,
    He llegado a la conclusión de que la muerte no se conjura viendo muertos, sino amando.
    El suicidio es la muerte prematura en estos días nuestros de antibióticos y vacunas, y aunque a veces se muere después de haber perdido la vida, mejor quitártela tú que robársela a otros.
    Un beso, mi chico.

    Chilanga,
    La muerte nos pone mal a todos, supongo que por ser lo único inexorable, y cada uno elabora la estrategia que le es posible para escapar de esa angustia: mejor no pensar en ello, aunque he querido contaros esta historia porque en mi infancia de postguerra supe de bastantes muertes de niños conocidos y había que aguantarlas a pie firme...
    Un beso.

    1:22 p. m.  
    Blogger manuel_h said...

    también yo recuerdo de pequeño cómo el trato con la muerte y los muertos era mucho más cotidiano que ahora, y algún susto me llevé también por curiosear así!!

    un beso

    3:08 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Manuel h,
    a mí de aquella se me pasó toda la curiosidad. :(
    En los pueblos es otra cosa: te topas con la muerte por pura cercanía física, pero casi siempre es de gente que se muere de vieja, con lo cual parece como que es menos tragedia.
    Lo jodido son los accidentes y esas historias que te pillan por atrás y te machacan.
    Hay que vivir como si fuéramos eternos.
    Un beso.

    3:24 p. m.  

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