• quintadel44: 1949 LA CARBONILLA

    martes, septiembre 26, 2006

    1949 LA CARBONILLA

    Es domingo. Mi madre y mi hermana Pili tienen que hacer limpieza y le dicen a mi hermano que me lleve a la carbonilla porque no saben qué hacer conmigo y doy mucha lata. Van a ir todos los chicos del pasillo, y yo llevo un saquito pequeño para que también ayude. Jose no va casi nunca a la carbonilla desde que trabaja en el banco, pero ahora mi hermana también trabaja y si él no va nadie puede ir hasta que venga Tití o yo sea mayor y sepa ir sola, que será dentro de mucho, así que se aguanta. Mi hermano se cree a veces un poco señorito porque mi madre le consiente todo y porque lee mucho y ha ido al colegio más tiempo que todos los demás, eso dice mi padre, y mi madre contesta que bastante desgracia tiene con lo que tiene y además el chico tiene razón porque si mi padre entregara en casa todo lo que gana otro gallo nos cantara.

    Así que nos vamos todos bien abrigados. Vas hacia el Campo Campana, tiras a la izquierda como si fueras a la Elipa, y antes de las chabolas ya se ven como montañas grises: son las sobras de las calefacciones del Barrio de Salamanca, que las traen hasta aquí en camiones porque ya no les sirven a ellos; nosotros tenemos que rebuscar los trozos de carbón que no se han quemado, y esa es la carbonilla para encender la lumbre y que cunda más, porque sólo con astillas y carbón de la carbonería sale muy caro. Algunas vecinas también lo usan para el brasero, pero en mi casa no tenemos brasero porque mi madre dice que es muy peligroso y que con la lumbre ya se calienta toda la casa si tenemos cuidado de no dejar la puerta abierta

    Hay más gente, pero nos repartimos para no estar unos muy cerca de otros; Jose me dice que me quede cerca de él y me enseña a encontrar trozos de carbón bien negros buscando entre la ceniza; los grises, aunque estén duros, no valen porque ya están quemados. Hace frío en las piernas y en las manos, y no es tan fácil llenar mi saquito, porque me resbalo. Mientras rebusca con un palo, mi hermano aprovecha que sólo yo le oigo para intentar silbar, un ejercicio muy bueno que le ha dicho el médico para aprender a hablar bien. Silba como yo: se nota que entra y sale el aire pero no le suena la música, aunque antes de ir a la mili le van a volver a operar para que se le cierre bien el paladar y entonces ya podrá.

    Cuando terminamos, todos los chicos se sientan en unas piedras, sacan el papel de fumar y el caldo de gallina y se lían unos cigarrillos y se ponen a hablar de fútbol. Yo me aburro porque no hay ninguna niña para jugar y tampoco hay nada que hacer. Tengo las manos negras y ásperas, y voy a tener que mearme en ellas cuando llegue a mi casa porque si no me van a salir sabañones y grietas.

    (Sé que volví alguna vez más, pero no lo recuerdo con claridad; supongo que ese día se me quedó precisamente porque iba con mi hermano. Quizá estuviera con mi madre, alguna tarde en la que también pudimos llegar hasta una fábrica de maderas , junto al Tejar de Sixto, algún año después. Toda esa zona es la que ocupan hoy la prolongación de O'Donnell y el "Pirulí", la torre de comunicaciones de RTVE.
    A la fábrica de maderas sí que estuve yendo hasta los doce o trece, a la salida del colegio - si aún era de día después de merendar - o a la hora de la siesta en verano. Pillábamos cortezas y trozos desechados, que se vendían mucho más baratos que las astillas de la carbonería. Me gustaba retarme a mí misma llevando a casa más de lo que mi madre había calculado que podía acarrear o conseguir por el dinero que me había dado. Ya ves.
    eL "caldo de gallina" era una marca de tabaco que, por supuesto, no se llamaba así: creo que su nombre era "Ideales", pero no estoy segura: los cigarrillos eran tan gruesos que se partían por la mitad para hacerse uno normal. Sin filtro, por descontado.
    Lo de usar la propia orina para curar las grietas y los sabañones de las manos estaba bastante extendido. Mi ex, que tiene tres o cuatro años menos que yo, recuerda perfectamente que en el colegio en donde estaba interno era práctica habitual. Preguntad, preguntad a vuestros mayores...)

    18 Comments:

    Blogger Achi said...

    La forma de redactar en primera persona y tiempo verbal en presente, me recuerda a Frank McCourt. Aunque tu historía me gusta más. jejeje.

    Un beso dama. Y que sepas que estás invitada a mi blog

    11:10 p. m.  
    Blogger Achi said...

    Eyh, soy la primera en comentarte!!!

    QUE TENGAS BUENA SEMANA.

    11:13 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Chanchiss, corazón:
    He tenido que comprarme un ordenador nuevo y tengo a mi hijo secuestrado intentando arreglarme todo el tinglado que, aunque parezca fácil, no lo está siendo en absoluto.
    En cuanto me normalice continúo con mis visitas periódicas...
    Un beso, y gracias por tus piropazos.

    11:15 p. m.  
    Blogger Soltaire said...

    Tus relatos tienen muchas imágenes, eso me gusta... Te imaginé perfecto escarbando entre las cenizas...
    Es curioso como la mente "elige" ciertos recuerdos que quedan como fuego por el resto de la vida...

    Un beso grande y feliz de que hayas vuelto a visitarme
    Solatire

    4:47 a. m.  
    Blogger Marcos Mateu said...

    Eulalia, no te preocupes por lo del ingles!
    Un beso de vuelta.
    -Marcos.

    8:42 a. m.  
    Anonymous Anónimo said...

    Genial que ya estés de vuelta.
    Lo de la orina me recuerda a mí a Los Santos Inocentes. que fue donde primero lo ví, luego ya me lo confirmó mi señora madre...

    9:56 a. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Soltaire,
    No entiendo cómo puedo tener memoria de momentos tan insignificantes...
    Me gustó tu relato.
    Un beso.


    Marcos,
    Es que me da rabia no manejar un idioma imprescindible para saber qué pasa por el mundo...
    Un beso.

    Ros, es verdad que en Los Santos Inocentes sale; y creo que también en un comic que se llama "Paracuellos", una obra maestra sobre nuestra postguerra.
    Un beso.

    11:16 a. m.  
    Blogger Marga F. Rosende said...

    Que bien que esté usted de vuelta...Uf, como que faltaba algo en el día sin Eulalia...

    11:45 a. m.  
    Blogger Zebedeo said...

    Es interesante ver en tus recuerdos como se vivía entonces en Madrid, a veces los más jovenes (aunque no tanto) no preguntamos a nuestros mayores como vivían antes, bien por falta de interés o bien porque que ni se nos ocurre preguntarle ese tipo de cosas.
    De todas maneras mis padres y abuelos (aunque no lo pasaron muy bien que digamos) vivirían de diferente manera al ser ellos de pueblo y no de ciudad.

    Seguiremos en contacto con 1949 :)

    11:48 a. m.  
    Blogger Toxcatl said...

    Bonita historia... me ha parecido estar a tu lado recogiendo carbonilla...

    11:55 a. m.  
    Blogger Maik Pimienta said...

    Oich, para que veas lo que cambia el cuento unos años después. Ahora le digo a alguien que me mee en las manos y me toma por...no sé por qué me toma. Besos y ánimo con lo del PC. Besos.

    1:13 p. m.  
    Blogger Chilanga said...

    Menos mal que aclaraste al final las cosas que te iba a preguntar jaja.

    Muy chida tu historia.

    :) Un besito

    2:37 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Marga
    ¿Te he dicho alguna vez que eres un encanto?
    Pues, lo repito.
    Un beso.

    Zebedeo,
    Los de pueblo tenían otras carencias: aceite en el norte, por ejemplo, y ropa.

    Toxcalt,
    Me alegra que te guste. A veces descarto algunas imágenes porque me parecen insulsas, supongo que eso nos pasa a todos.
    Un beso.


    Maik, cariño,
    NO nos meábamos LOS UNOS A LOS OTROS... Era un acto íntimo, al menos entre las chicas...
    Un beso.

    Roque,
    Unos años más tarde, mis hermanas me frotaban manos, rodillas, tobillos y codos con glicerina y limón, que escocía... No veas como escocía el limón de las narices.
    El desarrollo tiene sus cosas buenas, estoy de acuerdo contigo.
    Un beso

    Chilanguita,
    si ya para algunos de acá ciertos vocablos son ininteligibles, imagino que para ustedes debo escribir en un idioma absurdo, con la sintaxis y los invariables en español y el resto en una jerga intratable.
    Te agradezco tu fidelidad, con todo.
    Un beso.

    3:59 p. m.  
    Blogger Isthar said...

    ¿Ves? No sólo compartimos parte de tus recuerdos de niña si no que gracias a tus notas aclaratorias, nos dejas sin preguntas en el aire y habiendo aprendido varias cosas ;)

    Por un momento lo de sacar papel y hacer un cigarro con el caldo de gallina me había dejado a cuadros XDDDDDDDDDDD

    5:36 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Isthar,
    ni que decir tiene que me ha encantado tu comentario "a posteriori" sobre el frenazo. Más o menos, en mi decisión pesó tanto lo que tiene de ejercicio personal el transcribir recuerdos como la constatación de que había cierto feeling con vosotros.
    En cuanto a la falta de tiempo, miedo me da el día - que ojalá llegue pronto - en que me den el alta: a ver de dónde saco yo horas para escribir, contestar, leeros...
    Ya se verá.
    Un beso, niña

    6:26 p. m.  
    Blogger manuel_h said...

    Sí, claro que se llamaban Ideales. Lo que me ha llamado la atención es lo de La Carbonilla.

    besos

    2:10 a. m.  
    Blogger Zifnab said...

    Tu ponte bien . De lo del alta ya hablaremos.

    Mira ya se que hacer si un día vuelve a hacer demasiado frío y me salen cosas raras en las manos. Siempre he pensado que si nos retrotrayesemos no demasiado tiempo hacia atras yo sería dos o tres ceros a la izquierda para apañarmelas.

    Pregúuntaré a mis mayores pero creo que hubo más suerte, por lo menos en algunas cosas

    Se feliz Eulalia. Muy chulo saber cosas

    2:20 a. m.  
    Blogger CGI MANAGEMENT said...

    Si te quedas sin pc otra vez, vente a mi casa a bloguear :D
    (No te va a costar mucho encontrarla, vivo al lado de lo de la carbonilla... la vista de la ventana de mi cuarto es el pirulí)

    7:57 p. m.  

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