• quintadel44: INTERIORES

    jueves, julio 06, 2006

    INTERIORES

    La ventaja de estar semi confinada en casa es que puedes dedicarte a las cosas más impensables. Hoy por la tarde me sobraban dos horas entre las llamadas por teléfono de después de la siesta y el partido - pena de Portugal, aunque jugara mejor Francia - y me he puesto a ordenar un armario, aventura inédita en mi vida, lo juro.
    Le he dado la vuelta completa. Han aparecido las siguientes joyas arqueológicas:
    Una matrícula de la Facultad - y el correspondiente carnet - del año 1970.
    Un llavero que me regalaron en Santiago de Chile, con foto del Palacio de la Moneda (Recuerdo perfectamente quién me la dió; en fin, no pudo ser entonces y ya no fue).
    Un estor cutre que arrinconé para desmontar el madero y los cordones y algún día lavarlo y volverlo a poner.
    Un dibujo de cuando mi hijo tenía cuatro años: casa-árbol-caracol más grande que el árbol-avión - sol - nubes - carretera - coche. No está en su carpeta, pero nunca tengo las cosas en su carpeta, así que es por eso.
    Como cien pares de medias, pantys y calcetines absolutamente horrorosos.
    Una docena de cada uno de los siguientes adminículos: fundas para gafas, estuches de relojes vacíos o con relojes estropeados, cajitas de bisutería sin la bisutería, pendientes impares, pendientes rotos, pendientes pasados de moda, collares sin broche, bolsitas de plástico con hombreras años ochenta, pañuelos de seda sintética, cajas con tarjetas de visita y agendas telefónicas con nombres cuasi-desconocidos.
    Dos ligueros, dos bragas reductoras (misterio: nunca, salvo durante el embarazo y la lactancia, he pesado más de 54 quilos, y casi siempre mucho menos), un camisón que me hizo mi suegra y nunca estrené porque me estaba largo pero que es muy chulo porque lleva bordado de nido de abeja, aunque no es nada sexy y ahora no es cosa de.
    Dos pijamas de invierno de cuando no tenía novio ni esperanza de encontrarlo ni además me apetecía porque estaba en otros rollos. Un susto.
    Parte de un diario de mis dieciseis años; el resto está con los demás, a saber por qué lo puse ahí.
    Un cofrecillo de mimbre con cintas de casete de: Orquesta Platería, Osvaldo Francini, Charly García y Pedro Aznar, Rey&Frankie Los ruiz señores, Patricia González, Alpamayo y Olmedo Torres & los Gatos. Iba a tirarlas en un arranque, pero después pensé que cuando me muera y las encuentre mi hijo a lo mejor las pone a subasta en Internet y se forra.
    Cinco o seis caramelos consumiditos.
    Un saquito con una piedra a medio usar. No comprendo el olvido.
    Siete pesetas y tres duros.
    El pico de un tucán de cerámica ¿Y el resto del pajaro? ¡Ah!...
    Varios justificantes bancarios, tiques de El Corte Inglés, tarjetas postales de diferentes países, un plano del metro de Londres, dos o tres recortes de periódico.
    Luego pasé la aspiradora y un trapito húmedo a todos los cajones, y coloqué la ropa bien dobladita. Me queda sitio para las guarrerías del resto de mi vida.
    Estuve escuchando a Cristina Branco.
    Y... Ya está.

    14 Comments:

    Blogger manolotel said...

    Lo normal, vamos. Lo único que no entiendo es lo del olvido de esa piedra que encontraste en una bolsa. ¡Con la de gente que hay que se merece una buena pedrada!
    ;-)

    11:58 a. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Bueno, estooo... Más que una piedra, era una chinita, y...
    Pues, como ahora soy autosuficiente, claro, pero, de todos modos... Mira que olvidarme de ella...
    Las pedradas, verbales, siempre verbales, manolotel; las mujeres somos más habladoras, más insultonas, más regañonas y, por ello, más antibelicistas. (como norma).
    (Tú duermes poco).

    12:06 p. m.  
    Blogger La Hada del Universo said...

    Hola!! agradezco tú comentario en mi blog acerca de la ortografía, gracias, pero quiero comunicarte que no suelo tener faltas, el problema es que ese post es una canción y su letra la copié de una web de internet, sin fijarme como estaba la ortografía (ese fué mi fallo)lo siento.De todas maneras gracias, te comunico que me morí de la vergüenza... por ello la próxima vez que ponga una letra me fijaré más... Por cierto muy buenos tus escritos...

    1:30 p. m.  
    Blogger Quiero ser como tú said...

    Me encanta esa sensación... encontrar cosas que una vez guardaste y no recordabas... Lo mejor: tu diario de tus dieciséis y el dibujo de tu hijo. Acerté? Porque la china estará tiesecilla... Escanea el dibujo!

    Besos.

    4:04 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Hadita Korib, lo mío fue un arrebato de locura maternal, pero es que, a veces, si nadie nos señala los errores, insistimos en ellos. Un besito: (¿a que nunca volverás a "hechar" a nadie, aunque sea copia de copia de copia?)

    4:11 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Quiero ser...
    mi sensación real fue la de que soy una desordenada patológica, una urraca urbana, una víctima del síndrome carencial de la postguerra, en fin.
    Manolotel dice que es normal: llega a ver mi hermana mayor (73 a. y pulquérrima)cómo estaba el patio, y me borra de la lista de comensales del día de su cumple.
    El escaner está esca/charrado y, hasta septiembre que venga mi hijo, no hay forma.

    4:23 p. m.  
    Blogger Zifnab said...

    Pues lo de Crstina Branco esta bien pero lo de la Orquesta Platería acojona.

    Yo tengo cajones de esos por el gusto de ordenarlos y encontrarme cosas

    Se feliz

    4:42 a. m.  
    Blogger Eulalia said...

    No, ya, si para confesar lo de las cintas tuve que hacer un esfuerzo de honestidad, aunque me costó más trabajo lo de los pijamas.
    O somos, o no somos.
    Un beso, Zinhab.

    9:36 a. m.  
    Blogger Silvana said...

    Buenisima, hace poco tube el mismo viaje, reordene mis cosas, y ni hablar de las cosas que una encuentra, y lo peor de todo, para que las guardamos?? Siempre digo, por las dudas!

    Un beso

    1:22 a. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Neo, mi chica del otro lado del mar: eso es exactamente lo que piensas cuando te encuentras un guante impar, ¿para qué lo guardé? ¿Por si me quedaba manca?

    9:03 p. m.  
    Anonymous Anónimo said...

    Querida Eulalia, para que veaelhada Korib que hasta el maestro se equivoca, quiero que sepas que el 29 de Junio a las 13 tenias los pies echos polvo.
    Edita el post aquel, anda, que se puede.
    Y no es que tenga una memoria de elefante. Me encontrado con tu blog y, despues de leerme los ultimos posts, no me ha quedado otra que lanzarme al pasado y devorarmelo entero. En ello estoy, en esta tarde de viernes gris.
    Un beso. Me encanta como escribes y las cosas que te llaman la atencion.

    11:32 p. m.  
    Blogger Eulalia said...

    jajajajaja, viajero, qué cosas, me he tirado un cuarto de hora intentando localizarte ¡en mi propio blog1
    No entiendo nada, salvo que te gusta cómo escribo. Gracias mil
    Y ahora voy a ver quién eres (o lo que en este caso es lo mismo: a ver tu blog, si es que puedo, que me da que no)
    Un beso.

    12:06 a. m.  
    Blogger Eulalia said...

    Niego, niego, niego la mayor, ya entiendo, y ni maestra, ni nada: acepto compungida la lección, pero seguro que fue un puro resbalón ¡Si mis amigos me llaman María Moliner!
    (Más risas de fondo)

    12:10 a. m.  
    Anonymous Anónimo said...

    ¿Estas cosas se hacen cuando te mudas no?.

    A veces salen cadáveers de los armaros...

    Un beso

    3:11 p. m.  

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